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Si pagaran por elegir mal a tu amante, ¿Cuánto dinero tendías?

Pero, si las cosas fueran un poco diferentes por una sola vez y encontraras al amor de tu vida.

Pero este amor es imposible.

Marquemos los puntos:

• Te lleva casi una mayoría de edad
• Es casi como tu hermano
• El ya tiene hecha una vida
• Tu apenas estas entrando a la preparatoria
• No eres legal para él... Aún

Exactamente, aún.

Él es el tipo de hombre que buscabas. Serio, con metas en la vida, guapo y sobre todo, te quiere.

El único problema es la edad... También el hecho de que su relación básica fuera alumna-profesor.

Sabías que la relación hermandad/amistad que llevaban había quedado atrás por tus sentimientos traicioneros.

Inconscientemente lo negabas. No querías cambiar nada en su relación. No querías tirar a la basura todos los años en los que se conocían.  

—¡Hey, Shot-!... Digo, profesor Aizawa...

—¿Qué necesitas Matsukawa?

Te quedaste en blanco. En realidad no querías nada, sólo saludarlo.

Ah, si. Olvidé mencionar que no podían tener un contacto más a fondo en la escuela.

—Ah... ¿C-Cómo se encuentra el día de hoy...?

Dijsite con nervios. Aizawa te miró seriamente, tanto, que te sentías aún más nerviosa. Suspiró pesadamente y cruzó los brazos.

—Escucha, entiendo que éstas acostumbrada a hablarme en... Otros términos. Pero aquí mi única meta es que tú y tus compañeros se vuelvan héroes.

Las frías palabras de Shota te dejaron helada. No podías mover un sólo dedo, un músculo, siquiera parpadear.

—Ah... B-Bien... L-Lo veo más tarde en clase...

Giraste apenada con la mirada hacia abajo y corriste lejos mientras sentías como las lágrimas caían.

(...)

—¿Haruka-san?

Alzaste la cabeza con espanto pensando que era alguien que podría regañarte por no entrar a las últimas clases de la jornada escolar. Pero sólo era Midoriya con una sonrisa triste y una mirada llena de preocupación.

Lo miraste y te dieron ganas de llorar una vez más.

—¡A-Ah! ¡N-No, no llores!

Intentabas hacerle caso, pero era inútil.

—Perdóname Izuku-kun... Sólo no me siento muy bien ahora mismo... Creo que me voy a ir  a los dormitorios por hoy.

Te levantaste decidida limpiando las lágrimas que derramaban tus ojos. Ibas a caminar dejando a Midoriya ahí hasta que sentiste una mano agarrando tu brazo.

—D-Déjame acompañarte.

Lo miraste sorprendida y luego sonreiste asintiendo. Sin duda alguna era el mejor amigo que hubieras podido desear.

(...)

Iban llegando a la residencia hasta que caiste en cuenta de algo.

—¡IZUKU! ¿¡Y TUS CLASES!?

El peliverde te miró con asombro. Al parecer se le había olvidado por igual.

—No te preocupes. Voy a aceptar mi castigo...

EDAD | Aizawa ShōtaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora