primer intento

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Pasada una semana desde aquel día, me puse a pensar en muchas maneras diferentes de acercarme a esa hermosa chica.
Quizá una pregunta sobre la clase, o un encuentro casual por los pasillos, tal vez si pido su lápiz prestado podría funcionar.
Pasaba las noches ideando un plan para acercarme a ella, pero en todos parecía a ver un error.

Hoy al terminar mi segunda clase la mire, ahí estaba ella, junto a su casillero, eligiendo sus libros para la siguiente clase. Fue entonces cuando deje de pensar, mi cuerpo comenzó a moverse involuntariamente a donde se encontraba ella, cada pasa parecía como si fuera el golpe de un tintan.
Entonces cuando estaba a escasos centímetros de ella, voltio su mirada hacia mi, ahí estaba de nuevo, esa mirada cautivadora. No tenia otra opción ya estaba ahí, junto a ella, intentando mantener la cama, entonces decidí soltar la primera palabra.
-H-hola. *decía Mientras sentía que mi cabeza daba vueltas, cual juego mecánico.
-Hola. *respondió ella con naturalidad.
-Veo que te diriges a la misma clase que. *respondí, intentando romper el hielo.
-Si, solo pasaba por algunos cuadernos. *respondió ella.
-S-si quieres te acompañó asta el salón, no tengo prisa. *respondí intentando pasar mas tiempo a su lado.
-Mmmm, no veo por que no.*respondió ella.

Entonces tras a ver pasado algunos segundo después de que ella recogiera su cuadernos, nos dirigimos al salo, uno a lado del otro.
Yo sentía que caminaba por el cielo.
De repente veo que sus labios empiezan a moverse lanzando la siguiente pregunta.
-¿Eres muy cerio verdad? Me pregunto ella.
-N- no, solo intento enfocarme en lo que hago. *respondí
-jaja *soltó una pequeña carcajada
Yo no sabia que responder así que decidí reírme junto a ella.
Al llegar al salón, cada uno se dirigió a su butaca.

Ese día el profesor dejo un trabajo, era una exposición muy larga, así que ordenó hacerla en parejas.
Yo siempre odie estas situaciones, como no tenia amigos, era muy vergonzoso quedar solo, aunque no me molestaba mucho.

Pero ese día, sin siquiera esforzarme un poco, ella, esa chica se dirigió a mi pidiendo que sea su equipo.
-Oye, ¿quieres hacer equipo conmigo? *me preguntó ella
-si, claro. *respondí sin pensarlo dos veces.
Bien, pero antes ¿cual es tu nombre? *me pregunto ella.
En ese momento mi mente comenzó a reflexionar, ninguno de los dos sabia el nombre del otro, a pesar de los pequeños momentos que habías pasado juntos.
Después de responder su pregunta y decirle mi nombre, procedí a preguntar el suyo.
-y cual es el tuyo. *le pregunte.
-me llamó Ashley *me respondió
-Ashley, que bonito nombre * le respondí, intentando halagarla
-gracias. * me respondió con una pequeña sonrisa.

Desde aquel día todo fue mejorando, en múltiples ocasiones tuvimos que reunirnos para terminar el trabajo.
Poco a poco la empezaba a conocer mas, le preguntaba, sobre ella, su familia, gustos y actividades. Unas semanas después, nuestras conversaciones surgían con naturalidad, ambos habíamos depositado un poco de confianza en el otro. Fue entonces cuando me di cuenta, que realmente me gusta esa chica, esa chica de pelo corto, y agradable actitud. Espere algunas semanas para intentar confesarle mi amor. Al igual que la primera vez, gaste muchas de mis horas en como hacerlo, pues ella no era una chica fácil, de hecho aste este momento no me había dado cuenta, que ella era un poco conocida en el salón, esa era otra razón por la cual me daba miedo confesarle mi amor.
Pero al final, no pude contenerme, sentía que si no lo hacia, si no le confesaba mi amor, mi corazón actuaría por si solo, saliendo de mi pecho y dirigiéndose a donde se encontrara ella. Así que decidí esperar un poco mas de tiempo.

Pasados aproximadamente un mes y medio decidí que lo iba a hacer, le iba a con cesar mi amor.
Dos días antes de hacerlo, junte dinero para comprar una rosa, elegí la mas hermosa, una que era idéntica al color de sus gafas, también escribí una carta, pues me podía expresar mejor en ella. Estos dos objetos, parecían ser la clave que me darían su corazón. (Que equivocado estaba).

Entonces cuando llego el día, me levante temprano para bañarme, me puse mi mejor ropa, me rocíe con el perfume de mi padre, y arregle mi cabello lo mas "cool" que pude.
Me dirigí al colegio mientras pensaba las palabras para expresar lo que sentía por ella, mientras cargaba una hermosa rosa en una mano y una carta que contenía mis sentimientos en la otra mano.

Aquel día, no pude dejar de llorar, aquel maravilloso mundo que había construido una hermosa sonrisa, fue destruido por la misma.
Nunca imagine que quien me hizo volar, también me haría caer.

-¿Que esperabas? *me pregunte a mi mismo, mientras contenía las lágrimas.

ser diferente no te hace mejor, te hace estar soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora