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n u e v e

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—AAAAAAAAAAAAAAAH! Dios mio — Chilló Rose abanicándose la cara con una mano, abrió los ojos en par en par, para luego echarse a reir por su reacción. 

—Min ? Ese Min? — Preguntó haciendo la medida de la polla del hermano de Yoon Gi.

Ella asintió con la cabeza, agachando la cabeza por la avergüenza y se tapó la cara con las manos.

Rose siempre era muy ordinaria, le daba igual que estuvieses en publico, no tenia vergüenza de nada, pero el problema es que siempre avergonzaba a Lisa. Siempre.

-Serás guarra - Dijo empujándole con la mano de manera juguetona, cosa que hizo que las dos estallaran en risas.

No podra quitarse de la cabeza lo que paso el dia anterior.

Anoche no podia dormir porque las imágenes de Yoon Gi encima de ella le invadian cada vez que cerraba sus ojos.

No sabia claramente lo que le estaba ocurriendo, pero pensar en Yoon Gi, hacia que sintiera cosas en el estómago y que sonría como una tonta, incluyendo el sonrojo que se acumulaba en sus mejillas.

Nunca habia sentido algo por alguien desde que tenia conciencia.

Todo pasó tan rápido la tarde anterior.

Al ver que él se alejaba sintió un vacio por dentro que no sabria explicar con palabras.

Es simplemente indescriptible.

No lo veia como el "hermano" del actor porno, lo veia con otros ojos.

—Cuéntame, como lo hace? — preguntó Rose con una sonrisa juguetona mientras movia las cejas de arriba hacia abajo, sacándola de sus pensamientos para volver al mundo real.

Sonrié apretando sus labios en una linea recta y suspiro tiempo después.

—Increible — Dijo sonriendo mostrando sus dientes.

—OH DIOS MIO en que posturas lo hicisteis? — Preguntó Rose intrigada, ella Frunsio el ceño.

—No te voy a decir en que posturas lo hicimos, Chae! — dijo tirandole un cojín a la cara.

—Vale, vale, solo era por probar — Rodó los ojos divertida.

—Te llamaran? — Pregunto Rose minutos después cambiando la conversación.

—Si te soy sincera, no estoy segura - Suspiró

—Espe... — La interrumpió el sonido del celular.

Las dos se miraron entre ellas y saltaron del sofá corriendo hacia el teléfono móvil que se encontraba en la barra de la cocina.

—¡¡Pone desconocido!! — Chilló saltando.