Me muero por ti y tú no lo sabes.

1.8K 101 18
                                    

One Direction se encontraba en la filmación de su nuevo video llamado One Thing, el tercer sencillo de su más reciente álbum: Up All Night.

   Niall, Liam, Zayn, Louis y Harry estaban bastante entusiasmados con la idea del nuevo video, y cuando su director creativo gritó «¡corten!», los chicos se sintieron aliviados y contentos con el resultado final de tan ardua grabación.

   Minutos después, los cinco chicos se fueron despidiendo uno por uno. El primero en irse fue Liam, diciendo que tenía un par de cosas pendientes por hacer en su nuevo departamento. Después se fue Zayn, seguido de Niall, ambos excusándose diciendo que tenían citas con sus novias y todo ese rollo. Louis y Harry vivían juntos, eran compañeros de casa, así que eran los únicos que se iban de todos lados juntos.

   ―¿Te parece si antes de ir a casa damos un paseo? ―le dijo Louis a Harry, rompiendo el silencio en el que se habían metido un minuto atrás.

   ―¡Me parece perfecto! ―respondió Harry entusiasmado.

   Acto seguido, ambos se metieron al auto de Louis y se fueron de allí. No con mucha prisa, pero sí con un poco de rapidez, porque el nuevo auto de Tomlinson ―un Toyota Camry plateado edición 2010― corría a una muy buena velocidad.

   ―¿Y a dónde quieres ir? ―preguntó el chico de cabello lacio al chico de los rulos rebeldes.

   ―A dónde tú quieras ―respondió Harry.

   ―Hay un lugar al que fui el otro día ―Louis hizo una pequeña pausa, se volteó hacia Harry, lo miró directo a los ojos y luego le sonrió―. De inmediato supe que tenía que llevarte conmigo para que lo vieras.

   Harry cabeceó afirmativamente como respuesta y no pudo evitar sonrojarse. Siempre que estaba con Louis le sucedía exactamente lo mismo. Era algo que le resultaba inexplicable, pero nunca se quejaba por eso.

   Por otra parte, Louis comenzó a pensar en un par de cosas, como aquella noche en la que tuvo una cita con Eleanor, la chica que le había presentado Harry un par de meses atrás. Louis no pudo evitar sentirse atraído inmediatamente hacia ella, y lo mismo sucedía con la chica. Su atracción fue casi inmediata, pero por alguna extraña y absurda razón, mientras ambos cenaban tranquilamente, Louis no dejaba de sacar a colación a Harry, diciendo que era un muchacho increíble y divertido… Por supuesto que Eleanor llegó a sentirse harta de que el chico con el que cenaba no dejara de hablar de una manera entusiasta acerca de Styles. Ella comprendía que Harry era un chico estupendo, lo conocía desde la infancia, pero se había imaginado que la plática de aquella noche sería para conocerse, reírse, coquetear e incluso que sería el inicio de algo maravilloso.

   Y de repente, como si ese recuerdo jamás hubiese existido en la memoria de Louis, decidió olvidarse de él y se acordó de la primera vez que conoció a Hazza: en el backstage de The X Factor. Se veía tan niño, con una sonrisa que derrite hasta el más duro de los corazones y una actitud positiva bastante contagiosa. O como la primera vez que se decidió por hablarlo. Estaba bastante nervioso, y hasta pudo jurar que las piernas le temblaban de los nervios… Y él no lo negaba, Louis sabía que la química entre ambos había sido innegable, pero trataba de ser realista con todo: a pesar de lo mucho que Harry le gustase, jamás llegarían a ser algo más que amigos. Y estaba bien con ello. Tenerlo como amigo era mejor que no tenerlo en lo absoluto, aunque estar en la friendzone no fuera lo mejor.

   «¿Qué le diré a Harry cuando lo lleve a aquél lugar? ―se dijo Louis para sí mismo entre sus pensamientos―. ¿Qué me gusta y que estoy enamorado de él desde el primer momento en que lo vi? ¿Y si él no siente lo mismo? Es obvio que no, ¡pero no quiero que lo nuestro se arruine! No de una manera tan estúpida e infantil. Creo que mejor no le diré nada y sólo pasaré el tiempo con él. Puede que sacar un tema cualquiera sea mejor que tener un momento incómodo, ¿pero cuál? ¿Qué Eleanor me terminó porque descubrió que te amo a ti y no a ella? Sí, seguro que con aquello las cosas no se ponen incómodas.»

   En cambio la mente de Harry, pensaba en distintas cosas: «¿Cuáles son los pendientes que me faltan por hacer hoy? ¡Espero no haberme olvidado de alimentar a Bigotes! Si Louis se entera de que guardo un ratón como mascota probablemente me mata. Oh, sí… Louis se ve bastante guapo hoy. ¿¡Qué hago!? ¿¡Qué hago!? ¡Está tan deseable! ¡YA, BASTA! De todos modos, no creo que Louis sospeche algo acerca de que me gusta, y mucho; además de que sea la razón por la cual no me apetece salir con ni una chica.»

   En general, los chicos eran un completo desastre. Tenían sentimientos encontrados el uno por el otro, pero ¿cómo poder confesarlo? El asunto no era para nada sencillo. Una vez, Louis y Harry habían visto a Niall y a Zayn darse un beso en la boca, pero había que admitir que aquella vez, ambos chicos estaban completamente ebrios, y la estupidez aparece cuando las personas tienen cierto grado de alcohol en su organismo. Además, aquello es distinto a esto, porque al día siguiente amanecieron con resaca y no se acordaban de nada. En cambio esto… No era algo que se pudiera ahogar con alcohol. Los sentimientos iban a estar ahí ebrios o no. No era algo que fuera a desaparecer de la noche a la mañana.

   El auto de Louis giró varias veces a la derecha, y otras más a la izquierda, luego subió una empinada subida y dobló hacia la izquierda, una última vez a la derecha y ¡ta-dán!, frente a ellos se encontraba la maravillosa vista de la ciudad.

   ―Bueno, el otro día que quise salir a tomar un poco de aire, sin querer llegué a este lugar ―comenzó a explicar Louis luego de que se percatara de la cara de asombro que Harry había puesto ante tal maravillosa imagen―. Y entonces me dije: «¡vaya! Que hermoso paisaje, algún día no muy lejano me gustaría traer a Harry para acá y así poder hablar sobre nosotros… Bueno, de nuestra amistad.»

   Ante esas palabras, Harry se sonrojó pero no dijo nada. Le gustaba mucho escuchar la voz de Louis, era como música para sus oídos.

   ―¡Es un excelente lugar! ―dijo Harry luego de unos segundos, cuando sintió que sus mejillas rojas fueron disminuyendo de color.

   ―¿Quieres bajar para apreciar mejor la vista? ―ofreció Louis.

   Harry asintió entusiasmado.

   Se bajaron del auto y se fueron a recargar al barandal que estaba a la orilla del mirador. La vista era impresionante: estaba sucediendo el crepúsculo del atardecer. El cielo tenía una cantidad de colores, desde el amarillo hasta el anaranjado, continuando con unas motas de color moradas dando paso al azul marino de la noche. Una que otra estrella hacía su aparición en el cielo. Las luces de la ciudad lo iluminaban todo, y el aire corría con una brisa bastante agradable.

   Harry hubiese querido llevar consigo su cámara instantánea para tomarle foto a tan majestuosa vista, pero luego llegó a la conclusión de que no importaba, porque las cosas se apreciaban mejor ante el ojo humano que a través del lente de una cámara.

   ―¿Te parece si nos vamos? ―preguntó Louis a Harry media hora después. El tiempo sí que pasaba volando cuando uno disfrutaba de algo.

   ―Sí ―respondió Harry―. Está comenzando a hacer un poco de frío, y tú ya sabes cómo me pongo cuando tengo frío: ¡ando buscando abrazos por todos lados!

   ―¡Andas buscando abrazos por todos lados! ―repitió Louis al mismo tiempo que Harry, acto seguido, ambos se echaron a reír.

   «Bueno, la verdad es que un abrazo tuyo ahorita no me vendría para nada mal.»

   Se subieron de nuevo al auto y se fueron de allí justo por donde habían llegado.

Rather be with you - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora