Ojalá Todo Dure Para Siempre

Cuando todo acaba, tú ya no estás y lo ves todo desde fuera, te das cuenta que la vida sigue, tú família vuelve a trabajar, tus amigos encuentran nuevos, en fin siguen con su vida, pero lo único que cambia es que tú ya no estás.
Soy Erica López, tengo 17 años, y sufro cáncer, cáncer de riñón.

Hace 3 meses me diagnosticaron cáncer de riñón, ataves de un bulto que me salió en el abdomen, y por sangre en la orina. Me lo detectaron a tiempo y dice el médico que con esfuerzo, ganas y esperanza, puedo salir de esto. Aunque no tengo ninguna de las tres cosas, estoy apagada, y por dentro ya me siento muerta, no tengo ganas de hacer nada.
Cuándo mi familia y yo nos enteramos de esto, lo pasamos fatal, había tanta tensión en casa que mis padres se divorciaron.
¿Cómo una persona de 17 años puede afrontar que se está muriendo y que sus padres se han divorciado por ello? Después de 3 meses, no he encontrado la respuesta.
Aunque mi hermana Natalia, de 20 años ha cuidado de mi, como si fuese su hija. Incluso, me pagó un viaje a New York, el viaje de mis sueños, fué la mejor semana de mi vida.

Las primeras semanas estaba frustrada, no entendía porqué a mi, no sabía que hacer ni que decir.
Cuándo intenté contárselo a mi novio, Bruno, salió corriendo de mi vida, como si el año y medio que llevábamos de relación no fuese nada.
Todo eran problemas, la enfermedad, el divorcio, mi novio... en fin, tantas cosas, que lo único que quería hacer era meterme en mi cama y llorar, aislada.

Unas semanas más tardes, decidí que el tiempo que me quedaba en este planeta, no lo iba a desperdiciar llorando, tengo cáncer, y vivo con ello.
Y creo que no me dejo nada, porque esa decisión ha hecho que éste aquí, mi médico, me ha recomendado que escriba redacciones sobre mi historia, y que las guarde bien, y cuando sea grande, y tenga hijos y nietos, las lea, y vea lo valiente y fuerte que soy.