half full.

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Su irregular andar lo delataba totalmente luego de haber entrado al aula, le hacía ver como si estuviera tanteando el terreno, cuidadoso de no ir en la dirección equivocada. A veces creía que en realidad podía evitarlo. Siendo cauteloso, se movió en busca de pasar desapercibido y en un parpadeo, sus ojos intentaron ignorarlo, aun cuando se sentía peor no sostenerle la mirada, sabiendo que él no tenía ningún problema al hacerlo.

No era observado de una manera en especial, no era como si el menor nuevamente estuviera aprovechando su aparente momento de distracción para apreciarlo sin la necesidad de tener que excusarse después de ser descubierto. Lo hacía porque simplemente estaba ahí y quizás solo había posado la mirada en lo primero que se interpuso en su campo de visión.

Sin embargo, una parte de él quería creer que Jihoon actuaba a consciencia y que lo disimulaba demasiado bien. Y deseaba en serio que el hecho de haberle escuchado pronunciar su nombre a modo de saludo, a pesar de sonar tan quedo, significaba algo más.

Su corazón latía con fuerza mientras esperaba hallarle algún sentido, pues no estaba mal querer que esos sentimientos volvieran a calar dentro de ambos, al mismo tiempo, trataba de convencerse de que el contrario era quien más extrañaba su presencia y que dentro de poco se vería en desventaja por eso. Juraba estar llevándolo como se debía, pese a que la noche anterior fue una más de esas en las que el recuerdo tan vivo del tono dulce de su voz no le dejaba conciliar el sueño.

Cada vez que lo veía, su cara perdía color y se preguntaba qué tan probable era olvidarlo si siempre estaba cerca. Sentado a su izquierda hasta que la mayoría de sus clases finalizaran y lamentaba tanto que faltara más de la mitad del semestre para que pudiera pedir un cambio de horario, pero lamentaba más no poder comprender su actual comportamiento. Si lo hacía a propósito o de verdad esperaba que fueran amigos, si su verdadera intención era seguir hablándole o de cierto modo buscaba reivindicarse con él. Tampoco le era familiar verlo así de acoplado a otras personas, dolía como el infierno notar que perfectamente podía hacer cosas que antes rechazaba, mientras que él cada tanto, parecía estancarse en lo mismo.

Jeonghan tomó aire y dejó de observarlo por el rabillo del ojo, ¿por qué le costaba tanto aceptar que lo estaba tratando igual que al resto?

Le gustaría ser capaz de imitarlo y así frenar las interrogantes que surgían desde lo más remoto de su pensar al verle entablar nuevas amistades, sobre todo cuando comenzaba a cuestionarse si, a estas alturas, alguien más podría describirle la textura de sus labios. De repente, la inquietante duda era parte de sus pensamientos y le dolía tanto el hecho de haberlo considerado más de una vez, Jihoon no era esa clase de persona y era absurdo pensarlo luego de insistir con que aquello no lo llevaría a ninguna parte.

Porque en realidad era lo de menos. Todavía quería ser honesto con él y decirle todo eso que guardaba en silencio desde aquel entonces, decirle ahora mismo que quería que lo viera como antes, que quería tocarlo y que extrañaba sus quejas, que extrañaba incluso el inoportuno sarcasmo que sacaba a relucir en las peores situaciones. Porque sentía que al irse, se llevaba consigo todo lo que habían compartido, sus hábitos los traía tan arraigados como la simple noción de respirar y estaban tan presentes en su rutina diaria que era inevitable no recordarlo. Quería también poder acostarse sin que el espacio vacío en su cama lo pusiera ansioso; era hasta cómico que siguiera sin ocupar ese lado que le gustaba tanto a Jihoon.

Y aunque en ocasiones él parecía tan ajeno a su dolor, muy en el fondo, comprendía a Jeonghan mejor que nadie.

half empty ✧ jeonghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora