Caput Tres

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Louis

Se despertó bruscamente, doblándose en la cama y arrepintiéndose al instante. La cabeza le daba vueltas hasta hacer que viera todo sumamente borroso, sus ojos no se podían acostumbrar a la claridad que se colaba por la ventana de la habitación.

Le daba en la pera lo de drogarse, no estaba acostumbrado, pero, ¿Quién puede prohibirle vivir un poco la vida?

Lo primero que sus ojos miraron fue el pequeño reloj que el moreno tenía en su mesita de luz, cuando notó que ya eran las 10:00 am estos casi se salieron de órbita. Se habían perdido la primera clase y si quería pasar de año, eso no era nada bueno.

- ¡Me cago en tu puta droga, Zayn! - Vociferó mientras tiró las mantas al piso, y se levantó de sopetón, sin importarle los mareos.

- Cinco minutos más. - Pidió una Billie durmiendo en el piso, sobre una almohada.

- ¿¡Es que acaso son estúpidos!?, ¡Maldita sea! - No quería ser de esa manera con sus amigos, pero vamos, recién empezaba el año y ya estaban siendo unos irresponsables de mierda, sin contar que los podrían expulsar luego de hallar droga en ellos. - ¡Despierta, negro! - Le lanzó un almohadón a su amigo, quien dormía como piedra a su lado.

-¿Qué?, ¿Qué? - Se levantó en el acto asustado. - ¡Yo no hice nada! - Decía mientras agitaba sus brazos en todas direcciones, tratando de defenderse, de literalmente, nada.

- No perderé más tiempo, ni otra clase. -Habló el ojiazul que se ponía los zapatos al revés, cuando se dio cuenta se enojó aún más - Iré a darme una jodida ducha.

Zayn, que ya se encontraba más despierto, se agachó a levantar a Billie del suelo, que no tenia ninguna intención de reincorporarse y estiraba sus brazos como si fuese un bebé.

Louis no dijo una palabra más, salió del cuarto de su amigo y se apresuró a llegar al suyo, nada más faltaban veinte minutos para la clase que seguía.

Ya duchado y cambiado, acomodó sus libros en su mochila y se fue prácticamente corriendo al salón, ya iba ocho minutos retrasado.

Antes de cruzar la puerta peino un poco su fleco, que al correr se había desordenado. Pero su estabilidad se fue por la borda cuando se dio cuenta de que la clase que tenía era con nada más y nada menos que el peculiar señor Styles.

Gracias señorita Billie y señor Zayn.

Suspiró hondo y se encaminó hacia la entrada del salón, sus compañeros se encontraban haciendo un trabajo por lo visto. Decidió entrar sin saludar, no quería problemas, pero al parecer el profesor Styles sabía leer mentes, porque lo detuvo posando su mano sobre su hombro.

- Señor Tomlinson. - Mira su, bastante caro, reloj de muñeca. - Llega diez minutos tarde.- Lo volteó hacia él, haciendo que quedaran frente a frente, sin embargo Louis no se dignó a levantar la mirada hacia su rostro, siempre miraba hacia otro lado. - Me temo que tendré que mantener un ojo sobre usted durante lo que queda de clase. - Esa típica sonrisa ladina había aparecido en su rostro, esa que siempre aparece cuando sabe que está intimidando a las personas.

- Disculpe, profesor. No volverá a pasar. - Y Louis en serio esperaba que si fuera así. Harry asintió y lo dejó ir a su banco.

Sus ojos vagaron por sobre la figura del muchacho, no dejó pasar desapercibido ese bonito trasero que se traía, pero era un hombre, joder, que asco. Si hubiera sido Sofía quien lo traía, no dudaría más en hacer lo que iba a hacer luego de clases.

Louis ya se había sentado en su lugar y por fin ya había podido respirar tranquilo. Harry lo ponía muy nervioso, sus ojos eran muy, demasiado, intimidantes y eso le causaba cierta excitación, además.

El Amigo de Lucifer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora