Louis
Abrió los ojos entre suspiros y golpeó la parte trasera de su cabeza con la almohada. No querÃa levantarse, estaba muy cómodo con el aire frÃo colandose por las ventanas haciéndolo estremecer entre las sabanas. Tanteo hasta encontrar su móvil y puso algo de música. Miró al techo pensativo y se perdió en como la madera estaba pegada de manera precisa y delicada, como si el arquitecto quisiera transmitir sus sentimientos indirectamente, y que el observador lo detallara. Pasión, esa era la palabra con la que podÃa describir la casa, y no, no era esa pasión Ãntima con tu pareja mientras estan sintiéndose entre las sabanas, ni la pasión que sentÃas al estar comiendo tu comida favorita, era la pasión al trabajo, al poder utilizar tu talento para expresarte, a dejar impreso la manera en como te sientes y como amas lo que haces. La pasión al saber que tu logro fue cometido cuando la mirada de otra persona mira con ensoñación tu trabajo y te da una aprobación, esa pasión que corre con tu sangre y te explota el corazón. Esa pasión que Louis sentÃa cuando iba al hospital para realizar las pasantÃas y aportaba su ayuda, como las personas acudÃan a él por un consejo y él sonreÃa satisfecho cuando veÃa una sonrisa en su rostro. Esa pasión que sentÃa al amar lo que hacia, porque desde pequeño siempre le habÃa gustado ayudar a otros, dar su opinión de buena manera sin recibir nada a cambio. SabÃa que tenÃa un don y querÃa mostrarlo, querÃa sentirse orgulloso de si mismo y hacer sentir orgullosa a su familia. QuerÃa tener un tÃtulo enmarcado y una placa con su nombre sobre el escritorio de su oficina. QuerÃa a alguien como secretario/a que le llevara el café y le contara como habÃa sido su dÃa. QuerÃa una familia con la quien compartir cada segundo de su dÃa. QuerÃa alguien que lo apoyara a pesar de todo y siempre estuviese dispuesta a dar todo por él, por sin ser exagerado. QuerÃa a alguien que lo hiciese sentir especial. TenÃa un sueño, querÃa cumplirlo y lucharÃa por él.
No pensarÃa en sus problemas, en su posible enfermedad. No querÃa darle tantas vueltas, serÃa como estallar su cabeza contra la pared. Estaba a un año de graduarse y lo que menos necesitaba era descarrilarse enfocándose en cosas sin sentido, porque eso era lo que era. La mente es el peor enemigo de la persona y solos los débiles se dejaban manipular por ella. Él era fuerte, pensaba antes de actuar y analizaba cada situación, ayudaba a otros a controlar sus demonios, a salir adelantes y demostrar que todo era posible, que él no hiciese lo mismo seriamente ser hipócrita y poco profesional. TenÃa instintos y estos le decÃan que no era un simple cuento, que todo era real y debÃa descubrir el motivo, pero no lo harÃa, estaba decidido.
Las cosas no marchaban tan bien como habÃa pensado que irÃan al llegar a la casa. La relación entre Bill y Zayn cada vez caà más y no sabÃa que hacer para ayudarlos, se sacaba sangre de tanto moderse la lengua, pero era su deber. Cuando estaban en la misma habitación el ambiente se tornaba tenso y pesado, queriendo salir corriendo para no ahogarse. Evitaban a toda costa mirarse y cuando el otro daba una opinión, el contrarió volteaba los ojos. Niall y Liam ya sabÃan lo que habÃa pasado por boca de él mismo y aunque se habÃan sorprendido, ninguno comentó nada, no estaban en su derecho y no les convenÃa. Él por su lado estaba bien con Niall, reÃan de cualquier bobera y no se despegaban, aprovechaban cada momento para hacer sentir su querer y no dejar las manos quietas. HabÃan dormido dos veces juntos, pero sin llegar a nada, no lo necesitaban, estaban bien con sólo sentirse cerca. Niall era atento y siempre ponÃa a Louis por encima de él. Lo cuidaba y prestaba atención a cada cosa que decÃa. Lo miraba como si fuese el mejor regalo del mundo y no quisiese perderlo. Él por su parte también lo era, le hacia ver que era importante cada que podÃa y siempre sonreÃa para ver la hermosa sonrisa del irlandés. Estaba seguro de que querÃa a Niall, de eso no habÃa duda, solo qué habÃa algo que no dejaba de preocuparle y se sentÃa enojado de no saber que era.
Los dÃas se pasaban como el viento a través de la luz, no los veÃas, pero sabÃas que era él cuando te acariciaba la piel desnuda del cuello. Era viernes y solo quedaba un dÃa para que luego tuvieran que volver a la universidad para seguir con los exámenes, de los cuales, no habÃa estudiado y tal vez saldrÃa raspado. Bajó hasta la cocina siguiendo las voces y se dejo caer en el taburete aburrido, con la barbilla entre las manos.
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El Amigo de Lucifer.
Fanfiction"¿Por que no vivir en un mundo destructivo donde eres tu propio rey?"