un recuerdo vivo

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Narra Izuku.

Otra mañana normal en UA, me levanto para estirarme y poder empezar bien un nuevo día en esta escuela, prosigo a vestirme y arreglarme para otro día de monotonía, mientras que divago en mis pensamientos, como por ejemplo las veces en las que imagino que esto es un sueño y tendré que despertar al pasar de unos minutos, el haber llegado hasta aquí, el haberme convertido en el portador de One For All, ser el heredero de All Might, y tras lograr recuperar mis sueños que creí perdidos, el tener que separarme de mi madre y venir a este lugar, todo parece una alucinación más loca y extraordinaria que mi ingenua mente jamás haya creado.
Pensar en todo lo que he logrado,  en todo lo que he vivido, los fallos que di al darme por vencido en  todo lo que con mi fuerza he podido construir y que mi fe ha podido soñar, es eso lo que me hace anhelar que esta tan dura pero hermosa realidad, no importa cuantos obstáculos me puedan llegar a tocar, son esos lo que fuerte me harán y algún día eso serán mi gran fortaleza, aquellos que en mi manos hoy comienza mañana será lo que me proteja.
Salgo de mi dormitorio ya alistado para las horas de clase, hoy tendríamos entrenamiento donde practicaríamos diversas situaciones en aquel gran domo con diversas áreas, tanto de agua como de tierra. El pensar sobre entrenamiento me emocionaba mucho, el mejorar al lado de mis nuevos amigos, me hacia feliz, aunque se que aquella felicidad no estaría completa sin esa persona, no importa cuantos amigos y personas nuevas lleguen, nadie podrá tomar su lugar, Nunca.
Camino por el recorrido hasta el Aula de clases, sumido en pensamientos algo nostálgicos al recordar momentos del pasado, cosas que se que jamás podrán volver, en especial él, en aquel que mi mente jamás podrá alejar, que se que me odia y no me quiere mirar, lo se, se que eso no podrá cambiar y lo acepto, aceptó no poder volver a tomar su mano jamás
Iba tan sumido en mi que no note la voz de cierta castaña que me hablaba.

-¡¡Hey!! ¡Deku-kun! ¿me escuchas? -decía la castaña de chapetas la cual hacia un Puchero de enojo - ¡llevo hablándote desde hace rato!

-¡¿Ha?! ¡lo siento Uraraka-san! - apenado con mi amiga solo atine a rascarme levemente mi nuca,  no note cuando llego- ¿Qué me decías?...

-te preguntaba si estabas emocionado por el entrenamiento de hoy! – con efusividad daba brinquitos olvidando el enojo anterior- ¡Iida-kun y Tsuyu me contaron que tenían movimientos especiales que habían practicado! ¡y yo también he entrenado mucho!

-¡Ho! ¡Que genial!

-¡SI! ¿y que hay de ti Deku-kun? ¿Un nuevo ataque?

-¡Pues he estado mejorando los que ya tengo para aumentar su poder y no tener tantos problemas a la hora de usarlos! Aunque un nuevo ataque no estaría mal

-Si y mas con eso de los entrenamientos tan duros que tenemos sobre ataque- comentábamos mientras nos dirigíamos al salón pero al momento de querer otra persona también iba entrando  

Y ahí estabas tu, tu cabello rubio cenizo en punta y brillante, tu mirada carmín me mira con ese brillo que reconozco a kilómetros de distancia y en el pasar de los años, esa que me mira tan lejana y a la vez tan ferviente, siento tu desprecio en ella mientras me clavas el veneno al afilarla, puedo sentirlo como si me clavaras un puñal para así matar todo lo que me queda por dentro y sin así no poderte odiar, estoy acostumbrado a tu odio, se que todo esto no volverá a ser, me hielas el cuerpo y no puedo hablar

-¡¡quítate a la mierda Deku!! ¡¡Estorbas tu junto a la gorda!!- gritaba con desprecio el Rubio- ¡¡Malditos Inútiles!!

Sin mas Uraraka y yo nos quitamos rápido de la entrada dejando pasar a Kacchan y su ira matutina

-¡¡oooh!! ¡Bakugou es un grosero! ¿seguro que tu y el fueron amigos de la infancia?-decía enojada mirando el camino al salón por donde el rubio se había ido- ¡no se como lo soportaste! ¡¡no es nada amable!!

A los Ojos del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora