La cuenta, por favor...
El reloj de mi muñeca marco las 02:00 AM. Y el ultimo bocado acaba de pasar por mi garganta. Dejando la típica sensación del final de una cena. Estoy mas que satisfecho, hacia tiempo que no comía tan bien, realmente este lugar sabe preparar buena comida chatarra. La hamburguesa que acabo de devorar tenia un tamaño considerable, así que no dude y pedí un cuchillo para dividirla en dos. A veces el hambre no conoce de tiempos.
No hubiera dado ni dos monedas por el bar, pero era el único que tenia sus puertas abiertas a altas horas de las noches. Usualmente cuando salgo del trabajo, me voy directo a... bueno ya saben, a ese lugar. Pero esta vez el hambre gano y caí en este bar. Una barra y detrás de ella un mozo limpiando copas. Esa es la imagen que mejor representa este lugar. El frío de Buenos Aires a veces te sorprende. Cuando crees que la temperatura no puede bajar mas, la humedad aparece y con un leve rocio te congela la cara. Por eso cuando caminaba por la calle, envuelto en mi campera y bufanda. Y el hambre ataco, entre. El lugar se podía ver desde afuera, porque tenia un gran ventanal que nos dejaba ver a nosotros, sus posibles clientes, el interior.
Tome el vaso de gaseosa, cerré los ojos y disfrute ese placer... las burbujas, como si cada una de ellas ayudaran a que tu paladar la pasase bien. Abro los ojos nuevamente, me sorprendo saber que el lugar realmente esta vacío, no tiene clientes. Ya es tarde, pero no lo suficiente como para que un bar de Capital Federal este así. Solo el mozo y yo estamos respirando el mismo aire.
(¿Cual pueden ser los indicios de semejante soledad? ¿Acaso el bar es malo? La comida fue bastante buena ¿Tal vez tiene una mala reputación? Tal vez la comida esta contaminada... Espero que no mueras. O al menos no tan rápido. ) No seas tan dramático.
Sumergido en mi perplejidad, llamo al mozo con el gran gesto. La soledad me inquieta, no siempre es bueno estar solo, mas si el único ser que te acompaña es un desconocido. Le di la señal, la señal de la cuenta. Ya se me hace tarde y debo irme. (Hace rato debiste irte...) Me tiene con la mano levantada, pero el mozo solo mira las copas. Al parecer le entretiene limpiarlas. No me observa, si yo estoy levantando la mano ¿Que pasa?. (¿Por que iba a ignorarte?) ¿Tengo que recurrir a realizar alguna señal sonora? Muevo la mano sin pensarlo, mierda... se cayo el vaso. (Se hizo pedazos...) El mozo se percata. Me devuelve el gesto con la cabeza y en ese momento busco mi billetera en uno de los bolsillos de mi campera, pero no encuentro nada. Como siempre esta en el bolsillo contrario. La saco y busco dos billetes, uno para pagar la cena y otro de propina, dejo ambos sobre la mesa y espero que el muchacho se me acerque. (Solo eso vas a dejar... que rata)
El mozo sale desde atrás de la barra y se encamina hacia mi. Tiene la cuenta en su mano. Mi mesa queda casi en el centro del lugar . Así que tarda en llegar. Tarda mas de lo que pensaba, puede intentar caminar mas rápido. Puede ser mas considerado. Pero no lo hace y decide hacerme esperar. (Raro.)
En un movimiento de amague, el mozo que se aproximaba hacia mi, gira rápidamente hacia una puerta que esta a un costado. A unos cuantos metros de mi mesa. Lo hace como un hombre que esta asustado. Como cuando entras rápido a tu casa, para que nadie te pueda asaltar. Se mete dentro del cuartito. Me quedo absolutamente solo. Me ocasiona un poco de rabia que me ignorara así otra vez.
Para distraerme, tomo los billetes y veo cada detalle impreso. Los ojos de Don Julio Argentino Roca se ven tan impenetrables, como si realmente quisiera causarte disgusto cada vez que se te ocurriera verlos (¿Que habrá estado observando en el momento ser retratado? ¿Que esconden esos ojos inaccesibles?) Lamentablemente es un secreto que la muerte sello con el candado de la eternidad.
El mozo aun no sale y yo como buen cristiano, me quedo sentado observando el lugar. El frío de afuera y el calor de adentro, han hecho empañar los vidrios del ventanal. Eso me hace acordar que debo abrigarme bien para cuando salga. (No queres enfermarte, no queres morir.)