FIN | La Plegaria Del Cielo [PAUSADA]

Capítulo 21 | Batalla por la ciudadela: Devon contra Karla

No soy una persona que se lleve muy bien con las formalidades. Soy un asco.

De hecho, ni me gusta conocer gente nueva. Digo, es algo tan inútil el tener que presentarte a nuevas personas. Ellos son los que te quieren conocer, pues que se las arreglen para saber quién eres, ¿no?

Soy un chico simple. Un día puedo estar combatiendo contra una bestia sumamente feroz escupe fuego, y al siguiente puedo estar tomándome una fina taza de cafe mientras observo el drama en la vida diaria de otras personas.

Me gusta el drama, pero no me gusta vivirlo.

Soy alto, piel suave, labios delgados, una nariz pronunciada, ojos azules, cabello negro, y sobre todo, un desorden mental que no me lo quita nadie.

No me gusta nada relacionado con la ciencia y la tecnología. Dejenle eso a Gavin, yo mejor me quedo con las peleas y las chicas.

Sí, definitivamente no me llevo con las formalidades. Para nada.

Devon Smith, por si te interesa el nombre, preciosa.

  
  
  
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Narra Devon

¿Mencioné que no me gusta conocer gente nueva? Esa regla queda completamente anulada si se trata de una bella chica.

Y frente a mí se encuentra ese preciso requisito. La veo de pies a cabeza y analizo sus facciones con propiedad. Es más baja que yo, pero posee una estatura decente. Su roja cabellera resalta el color carmesí de sus ojos, mientras que su blanca dentadura forma una curva hacia arriba. Su atuendo tampoco se queda atrás, consiste en un vestido negro rodeado por una falda blanca que se extiende hasta sus rodillas. En ambos hombros, posee unas mangas largas de igual color que su falda y su mano derecha se encuentra llena de vendas.

Su rostro, aún manteniendo esa sonrisa macabra, muestra rabia. No puede evitar mirarnos con odio, como si nos conociéramos de hace mucho o si acabara de recordar que le debía algo de dinero.

—Venga camaradas, creo fielmente en podemos resolver esto de forma pacífica —dice Locke, rompiendo el silencio—. ¿Qué tal si nos vamos de copas? Yo invito.

Antes de que el caos se desate, toco el suelo con ambas manos. Tomo la forma de un jaguar y me desplazo rápidamente hacia ellos. Una vez frente al enemigo, adquiero la forma de un elefante y aplasto el suelo. La sacudida destruye el suelo debajo de nosotros, pero los cuatro logran evadir tal repentino movimiento. Perder algún segundo aquí es mortal, vuelvo a mi forma original y me apresuro a darle un golpe al tipo que usa el aire a su favor. Lo esquiva, y apunta su mano hacia mi cuerpo mientras los demás se alejan de la zona. Inmediatamente, un remolino de viento se impulsa hacía mí hasta impactar en mi hombro izquierdo. Soy incapaz de bloquear tal golpe, la corriente me arrastra hasta aplastarme contra el suelo.

—La habilidad para actuar como uno solo sin tener la necesidad de usar el don de la palabra —dice— Karla, gemelos, no subestimen a su oponente.

Estando inmovilizado, ella se acerca hacia mí y golpea mi estomago con fuerza. El ataque me es indiferente, pero el efecto secundario de tal es el verdadero problema. Una explosión llena de poder me envuelve por completo, nublando mis sentidos por unos segundos. La estrategia sigue su curso, Callie y Locke evacúan a toda persona inocente del lugar.

Para no ser benevolentes puros, me puedo atrever a decir que ambos asemejan la habilidad y la técnica de combate de Danilo.

Aquellos dos sujetos de similar apariencia se acercan peligrosamente hacia mí. Como sorpresa, siento una presión sofocante en mi cuello. Uno de ellos toma la delantera y asoma una espada fina, con una hoja curva muy afilada. Antes de que pueda cortarme la cabeza, evado el tajo con éxito. Poso mi mano en el brazo que porta el arma y lo aferro hacia mí. Doy una vuelta hacia atrás trayéndome al tipejo este y lo lanzo contra su compañero. Ambos chocan entre ellos, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo.