Eran las ocho y media de la noche cuando llamaron al timbre. Que raro. ¿Quién iba a ser a estas horas? Fui a abrir y tras la puerta me encontré con Luke con dos maletas, una en cada mano.
- ¡Hermanito! - grité. Soltó las maletas y salté sobre él, enganchándome con mis brazos a su cuello. Él me abrazó por la cintura.
- Hola hermanita – escondí el rostro en su pecho y solté un par de lágrimas que no pude llegar a controlar. - Eh, ¿qué te pasa? - dijo haciéndome que levantara el rostro. - No llores, enana.
- Es que te he echado mucho de menos estos ocho meses. Y oye, porque me lleves doce centímetros y seas un par de meses mayores que yo no te hace el derecho a decirme enana. - Reímos.
- Si que me lo da – volvimos a reír. - Bueno, ¿me vas a dejar entrar o me vas a dejar en la calle como a un perro desolado? - hizo un puchero.
- Creo que te voy a dejar en la calle – dije una vez haberme separado de él y entré. Iba a cerrar pero un pie me lo impidió. Abrí un poquito más la puerta y lo vi mirándome seriamente. Segundos más tardes estábamos riendo como locos. - Anda entra, que voy a hacer de cenar.
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Después de cenar entre bromas y anécdotas de todos estos meses, decidimos ver una película.
- ¿Qué película quieres ver? - le grité desde el salón. Él estaba en la cocina haciendo las palomitas.
- Ringu – dijo llegando con las palomitas.
- No,no,no, me niego – dije negando repetidamente con la cabeza.
- ¿Por qué? - se sentó en el sofá y se colocó el bol con las palomitas en el regazo.
- Porque es de miedo y luego no duermo. ¿Te acuerdas cuando vimos el exorcista? ¡Estuve una semana sin dormir por culpa de la película esa! - Hizo una sonrisa divertida.
- Entonces con más motivos – alcé una ceja. - Cállate ya, y ponla – suspiré y la puse. Apagué las luces y me senté a su lado.
- Si no puedo dormir me las pagarás.
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Íbamos por la mitad de la película más o menos y yo lo estaba pasando fatal. Odio este tipo de pelis pues soy muy asustadiza. Y el estúpido de mi hermanastro que lo sabe, me hace ponerla. Estaba acurrucada en una esquina del sofá con las rodillas contra mi pecho mientras las rodeaba con mis brazos, cuando sentí una mano en mi cabeza.
- ¡AAAAAAH! - Grité saltando del sofá. Oí a Luke reír fuertemente. Cogí un cojín, me senté mirando hacia él con una pierna a cada lado de sus piernas rápidamente y comencé a pegarle con el cojín. - ¡Eres un estúpido, Luke!¡Me las pagarás!¡De estas no saldrás vivo! - Luke no paraba de reírse, lo que me enfurecía más
- .Para – me agarró los brazos y me los sostuvo encima de mi cabeza. Mierda fuerza. - Ha sido una broma enana, tampoco es para que te pongas así – dijo con una sonrisa burlona.
- Sabes que estoy super asustada y ti lo que se te ocurre es asustarme más, ¿te parece eso normal? - asintió. - Pues a mi no, estúpido. Ahora si que no podré dormir esta noche y todo por tu culpa. Suéltame. - Así hizo y yo me fui hasta mi habitación.
Minutos después llamaron a la puerta. Musité un ''pase'' y se abrió dejando a ver a Luke con una mirada de disculpas.
- Lo siento por la broma, no pretendía asustarte más. ¿Me perdonas? -preguntó haciendo un puchero. Asentí y me abrazó, dándome un beso en la mejilla. - Oye, ¿y mamá y papá?
- Pues mamá fue a visitar a la abuela.. y papá – dije con un tono notablemente más desanimado- tuvo que irse unos días a Madrid por asuntos de trabajo.
- Ammm... ¿No te cae bien mi padre? - dijo agachando la cabeza.
- No, no es eso, me cae muy bien, además de que trata a mi madre genial y la hace muy feliz. No pudo encontrar a nadie mejor, te lo aseguro – le sonreí ampliamente.
- ¿Entonces?
- Es tan solo que... - me tumbé boca-arriba y tape la cara con mi almohada. - No me gusta que seas mi hermanastro. Me gustabas desde hace tiempo, y cuando nos presentaron, fue como si me hubieran echado un balde de agua fría. Con el tiempo me fui acostumbrando a la idea, pero a medida que te fui conociendo mejor, me-me fui enamorando de ti.
Noté que el peso a mi lado aumentaba y me quitaban la almohada de la cara, rebelando mis ojos rojos, porque si, había derramado un par de lágrimas mientras me declaraba. Lo vi sonreír, mostrando su perfecta sonrisa, miré a sus ojos y me fijé que éstos tenían un brillo que nunca antes había visto.
- Te amo – no me dejó decir nada pues unió sus labios con los mios.
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Después de eso, debo deciros que no fue para nada apto para menores. Si, tuvimos una noche llena de pasión y amor. Nos hicimos novios, al principio se lo ocultábamos a nuestros padres, pero una vez que se lo dijimos lo aceptaron al momento.
Y pues, ¿que más puedo decir? Nos amamos, y juro que no lo dejaré escapar.
Bueno, pues lo pensé esta mañana acurrucada a mi almohada pues tenía sueño, y para quedarme dormida eso es lo que hago, maquinar historias.
Y bueno, hoy es mi cumpleaños y pues... decidí subirlo jejejejee
Os dejo ya, votad y comentad plis ^^