Como todas las noches, volvía a llegar tarde.
Ella lo esperaba como siempre,sentada en el tejado de aquel enorme edificio donde vivía.
Su pelo se balanceó al ritmo pausado del viento.
Seguía sin llegar, así que para matar el tiempo comenzó a cantar.
"Recuerdo que las lágrimas corrían por su rostro cuando le dije, nunca te dejare ir.
Cuando todas esas sombras casi mataron tu luz.
Recuerdo que el me dijo,no me dejes aquí sólo.
Pero todo lo que esta muerto y enterrado con el pasado, está en la noche"
Su voz sonaba angelical.
Tan melodiosa, tan dulce, tan ella.
"Sólo cierra los ojos, el sol se está poniendo.
Vas a estar bien, nadie puede hacerte daño ahora.
Ven luz de la mañana, tu y yo estaremos sanos y salvos"
Mientras la susodicha cantaba, él se acercó con su guitarra.
Una de las cosas que más amaba en este mundo era escuchar su hermosa voz cada noche, en el punto más alto de la ciudad de Nueva York, admirando la luna y estrellas que anteriormente ella había colocado en el cielo.
"No te atrevas a mirar por la ventana para decir, cariño todo está en llamas.
La guerra fuera de nuestra puerta sigue furiosa.
Aferrate a esta canción de cuna,
aún cuando la música se ha ido, se ha ido"
El viento seguía moviendo el pelo de la chica, mientras él, la miraba embobado y sorprendido.
Siempre fueron mejores amigos, pero al cumplir los 15 años los dos empezaron a sentir algo el uno por el otro.
"Sólo cierra los ojos, el sol se está poniendo.
Vas a estar bien, nadie puede hacerte daño ahora.
Ven luz de la mañana, tu y yo estaremos sanos y salvos"
Sus labios, sus ojos, su sonrisa.
Eran cosas que simplemente él amaba de ella.
"Sólo cierra los ojos.
Vas a estar bien.
Ven luz de la mañana.
Tu y yo estaremos sanos y salvos"
-¡Increíble Dakota! -comenzó a aplaudir.
-¡Finnick! -se ruborizó ella- Llegas tarde -se quejó.
-Lo siento -dijo Finnick con una sonrisa seductora
-Esta bien -dijo Dakota - ¿Empezamos?
Él sonrió y se sentó junto a ella.
-Y bien -dijo Finnick- ¿Qué te apetece hacer?
-Mmm ¿qué tal esto?- Dakota se hacerco a él y lentamente juntó sus labios con los de Finnick.
Él la tomó por la cintura y entre suspiros de Dakota pudo escuchar algo.
Finnick... Finnick... ¡FINNICK!
Su hermana Liv lo observaba desde el borde de la cama con cara de enfado, mientras este abrazaba la almohada dandole besos.
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Corazón inmortal
Lãng mạnDos adolescentes enamorados, un terrible final , una dificil decision que trazara la linea entre la vida y la muerte, solo una oportunidad, solo un destino.