Kenneth no sabía exactamente lo que iba a hacer, pero se sentía seguro de sí mismo.
Sentía la corazonada de que debía asistir a aquella peculiar fiesta de disfraces.
Pero no lo haría solo obviamente, era un cobarde a medias.
Recordó con exactitud lo que había sucedido en aquel momento que concordó mentalmente que asistiría.
McCormick caminaba con pereza por los corredores de la interminable secundaria, ya que el horario del almuerzo estaba a escasos minutos de acabar, por primera vez había visto una gran pizarra en la mitad de los corredores, donde se anunciaban las "noticias" que ocurrirían en la escuela.
Esta solamente mantenía una amplia y colorida cartelera, una llamativa invitación a "una fiesta de disfraces" que se llevaría a cabo en el gimnasio de la escuela, ¿un viernes por la noche? ¡Si mayormente las fiestas se realizaban los sábados! Había decidido él solo, que obviamente no iría, pero sus amistades y sobretodo Craig le insistirían, pero algo lo hizo cambiar repentinamente de decisión.
Un rubio de profundos orbes esmeraldas, yacía a su lado. Su vista estaba dirigida a la antes mencionada llamativa cartelera, sus ojos destellaron y chillo de felicidad.
— ¡B-Butters!—Chillo el menor, tomando a su mejor amigo de su suéter.—T-tenemos que asistir, dime que sí.
Leo lo miro fijamente, nunca había visto a Tweek actuar de esa manera ni mucho menos por una estúpida fiesta. Pero no podía negarse, después de todo era su mejor amigo.
Al parecer ninguno de los dos rubios se había dado cuenta de la presencia de McCormick allí, claramente estaban enfocados uno en el otro. El antes mencionado se enterneció solamente con oír la voz del pequeño Tweek, simplemente sublime y adorable.
Al parecer McCormick si asistiría a aquella fiesta, quizás a hacer una de las suyas.
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Era viernes, llovía sin fin, los relámpagos y rayos resplandecían en el cielo, pero aun así Kenneth y Craig, asistirían a aquella fiesta.
— ¡Vamos Craig! O Stan no podrá deleitarse con tu genial disfraz—Dijo en un tono ácido McCormick, mientras se anudaba la corbata. "Me veo tan hermoso" su consciencia lo alagaba, mientras hacía poses graciosas frente al gran espejo que estaba frente a él.
Tucker salió del baño, dejando a la vista su "genial" disfraz.
—El fantasma de la ópera, ¡genial!
—Parece que iras a un funeral y no a una fiesta, ¿de qué carajo te disfrazaste?
Este se volteó, mientras el ojiazul lo veía divertido. Nunca dejaba una oportunidad para burlarse de él.
— ¿Me estás diciendo en serio?—El más alto poso una mano en su cintura, mientras Craig intentaba no reírse.— ¡Soy el príncipe de la cenicienta!
— ¿Y Tweek será tu cenicienta?—Ataco.
Kenny chasqueo la lengua y volvió a darle la espalda. Quería verse genial y solo para atraer la atención de Tweek.
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Realmente es totalmente desconocido el porqué de la atracción de Kenny hacia Tweek, "solo por ser el mismo" era la nefasta respuesta que nos otorgaba el rubio.
Puede ser por el simple hecho de que inconscientemente atrae su atención, y su mirada no se despega del niño adicto al café.
Craig miro su reloj de muñeca, ya eran las 22 p.m. y Kenneth no bajaba, realmente se había tomado muy enserio el papel de "lucir deslumbrante para cautivar a la víctima"
— ¿Puedes apurarte? ¡Tweek no te esperara toda la noche!—Grito Craig desde abajo, realmente le gustaba molestar a Kenny con su ex pareja, se lo había tomado bastante bien cuando se había enterado de los sentimientos de su rubio amigo. Aunque en realidad no le había importado definitivamente, ya que él había posado sus ojos en Marsh, quien era parte de otra historia.
Después de casi diez minutos de discusión, el dúo de amigos se dirigió en rumbo a la fiesta.
