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Mientras tanto en la casa de los Stotch, se podía visualizar en la lúgubre y azul habitación del mayor, a tres rubios totalmente indecisos. Nada de los disfraces que habían elegido fueron de su agrado.

— ¡Oh vamos! —Exclamo Leopold dirigiéndose a la alta pila de disfraces que yacían cerca de él. —Debe haber algo que nos guste a todos, sobretodo Tweek. Que debe lucir totalmente elegante, por tu príncipe.

Tweek alzo la vista sonrojada, Pip sonrió y Butters le guiño un ojo.

— ¡Espera cariño! —Exclamo el inglés, viendo como su pareja tiraba con rapidez la ropa al suelo, visualizo con rapidez un vestido amplio y celeste, "cenicienta" pensó, mientras lo tomaba del suelo.

—Esto te quedaría de puta madre, Tweek— Dijo Leopold. —Vamos a necesitar muchos tutoriales de maquillaje y precisión para esta situación.

El de ojos verdes no dijo nada, no le molestaba en absoluto vestirse de mujer.

Además Cenicienta era muy hermosa.

Y él también lo era.

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Ya había pasado media hora de que Pip y Tweek no salían del baño, pues, primero tenía que colocarse el disfraz, arreglarse el cabello y por último el maquillaje, que había sido lo más difícil, ya que los constantes tics del rubio hicieron una constante aparición, sobretodo en su ojo izquierdo.

Pip mordió su lengua con nerviosismo, mientras terminaba de colorearle las mejillas y pintar sus labios, "pasara desapercibido" pensó, dejo las brochas sobre la mesa y le anuncio a Tweek que podía verse.

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Tweek miraba de manera nerviosa, sus delgadas manos y sus uñas se encontraban pintadas de un celeste pastel. Tenía que admitirlo, se sentía bastante cómodo utilizando ropa de mujer, escucho un fuerte portazo, dando a entender que la pareja ya estaba lista.

Primero Butters bajo a paso lento, estaba disfrazado de Drácula, se notaba a leguas que había sido maquillado por Pip, quien tenía buena mano con el maquillaje. Él se había disfrazado de ángel, "disfraz de último momento" pero le había quedado increíble.

— ¿Por qué te disfrazas de ángel si ya luces como uno? —Dijo Butters, mientras se echaba una última mirada con la pantalla de su celular. Estaba más pálido que de costumbre.

Pirrup le sonrió y tomo la mano de Tweek, dirigiéndose hacia afuera. Ya que parecía que una tormenta se avecinaría, y arruinaría su deslumbrante atuendo.

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Habían llegado en menos de cinco minutos, a lo lejos de ellos pudieron visualizar con rapidez, a Tucker y a McCormick, Tweek sintió que el nerviosismo le jugaría una mala pasada, suspiro, intentando mantener la calma y que los tics no vuelvan.

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Caminaron a paso rápido por los amplios pasillos de la secundaria del condado Park, todo estaba decorado con globos, serpentinas, muchos adornos de colores chillones y ni hablar de la decoración del gimnasio.

Se ambientaba a las fiestas de los años 90', los jóvenes estudiantes, poseían buenos disfraces y algunos no tan producidos, como el de Cartman, quien llevaba una sábana blanca que arrastraba en el suelo.

— ¿Qué miran manga de maricas? ¡Sigan su camino! —Gruño con molestia al oír risas, a pesar de que la música se encontraba a un volumen intermedio.

Algunos no despegaban la mirada de Tweek, se oían "¿Quién es?" "¿Acaso es una niña nueva?". Este sonrió triunfante, apaciguando su nerviosismo.

Entre toda la muchedumbre de gente disfrazada, estaba el. Sus cabellos rubios peinados hacia atrás, pero estaba vestido de traje, ¿estaba vestido para ir a un funeral?

Lo que el pequeño Tweek no se percató, de que su amado no le había despegado la mirada de encima desde que entro al gimnasio, sus facciones tan delicadas y sus dulces ojos verdes, lo habían hecho caer, como lo hizo Tweek.

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—E-espera ¡suéltame! —Exigía la bonita princesa, mientras era tomada con firmeza de la muñeca, esta adquirió un color rojo. — ¡¿Me oyes?!

Kenneth McCormick estaba hecho una furia, sentía que debía tomar a la chica que se parecía a Tweek y llevársela lejos de todos.

Habían llegado con rapidez al extenso patio de la secundaria, la muñeca de Tweek finalmente había sido soltada.

Tweek le dedico una mirada asesina al "príncipe" que estaba frente a él, quien mantenía un contacto visual bastante incómodo.

McCormick se acercó lentamente al chico, sintió como tembló cerca de él, se sintió triunfante. Olfateo su cuello, emanaba un exquisito aroma a café.

Lo hacía recordar tanto a Tweek.

— ¿Tweek? —Susurro en su oído y en ese preciso instante, noto que se trataba de él, su característico tic en su ojo izquierdo finalmente salió a la luz.

㤃 ﹅﹕ cinderellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora