No sé hace cuánto tiempo estoy acá, y tampoco se con certeza cuando saldré. Estoy en un lugar horrible, quiero salir de acá. Ya nadie me visita, me siento completamente sola por más que esté rodeada de personas que no conozco, ni me interesa conocer. Me la paso haciendo nada, solo observando. A veces me siento en el pasillo a observar, aunque todo lo que veo es una pared sucia en la que posa un cartel que dice ‘’Psicoterapia’’. Todos los días me siento en la sala de descanso a leer, me gusta leer, la lectura es la manera más agradable de ignorar la vida, y de todas las mentiras del mundo, la literatura es mi favorita. Me gusta observar, me gusta leer sobre la vida. Me pongo al margen de las cosas, las veo pasar, pero yo no estoy viviendo, solo soy un turista, un fantasma.
Estoy acá por las voces, ellas que tanto me atormentan. He aprendido a vivir con esas voces en mi cabeza, esas que dicen todo lo malo de mí. La verdad es que ya no sé cómo callarlas, están tomando el control. Antes los monstruos eran mis compañeros de escuela, pero ahora están en mi cabeza, y, ¿cómo huir de lo que está dentro de uno? Es cada vez peor y no sé cómo pararlas. Nada funciona, he intentado de muchas maneras, pero no se callan. Mi mente me está destruyendo.
Las personas que me trajeron a este lugar, creen que estoy loca, pero yo no estoy loca, yo solo quiero que las voces se callen porque no sé cuánto más podré soportarlas. No estoy loca, es solo que ya no soy feliz. Sé que no he estado así siempre, pero desgraciadamente, ya no recuerdo como es la felicidad.
‒Se te ve cansada, tenés los ojos tristes. ‒Dijo mi psicóloga al entrar a la habitación.
‒Dicen que los ojos son la ventana del alma, pero no todos logran verla. Porque no todos observan.
– ¿Aún escuchás voces?
< ¡Decile que no!> –No.
‒ ¿Segura?
‒No. Entre usted y yo, sí, las escucho, y quiero dejarlas ir. ¿Cómo hago?
‒Bueno, eso tiene que nacer de vos. Déjalas ir, déjalas libres. El cambio está en vos. Vos sos el principio, vos sos el final.
Comenzó a caer la noche, y las voces gritaban en mi interior.
‒A solas otra vez. ‒Me dijeron.
‒Váyanse, las dejo libre. No pueden estar más en mí. Me he vuelto como ustedes, ya no lo aguanto. Estoy cansada de fingir estar bien, cuando no lo estoy. Estoy harta. Quiero ser felíz. Quiero vivir.
‒Danos una nueva oportunidad.
‒La próxima oportunidad, me la voy a dar a mí misma. Quiero que se vayan. Y aunque de a ratos las voy a extrañar, no pueden volver.
Me llevo un tiempo, pero al fin se fueron. Dejaron marcas, pero al fin se fueron.
La mente es, quizás, el lugar más peligroso donde uno puede estar. La mente lo es todo, te convertís en lo que pensás.
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Recopilación de cuentos renegados y otras barbaridades.
PoetryHe escrito para mi, y para muchos a la vez. Los invito a leer estas cortas historias que significan mucho y nada para mí.