Hace aproximadamente catorce mil millones de años, ocurrió una gran explosión que generó la expansión de materia y energía, dando lugar a la formación del universo. Desde ese momento empezaron a existir lo que hoy en día conocemos como dualidades. El yin y el yang son usados para representar o referirse a la relación entre dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias; el amor y el odio, la luz y la oscuridad, lo positivo y lo negativo. Si una de estas fuerzas no existiera, la otra tampoco lo haría. Se necesitan la una a la otra para poder existir. Una de las dualidades más importantes son el bien y el mal.
En el taijitu, el bien, representado por el yin, siempre se identifica con la luz, el espíritu y la pureza. El mal, por su parte, es representado por el yang, se asocia en todo momento con la oscuridad, con lo que es la parte corporal y también con el propio Diablo.
Ambas, en sus principios, estaban equilibradas, como en una balanza. En el mundo reinaba la paz y nadie era más bueno que otro. Todos eran iguales, no se juzgaba a nadie por sus acciones; se vivía en armonía.
Pero el mal buscaba más. Quería más poder. Quería prevalecer en la tierra y destruir al bien. Poco a poco empezó a conseguir su objetivo. En consecuencia, la lujuria, la delincuencia, la avaricia, la gula, la ira, la pereza, el orgullo, la tristeza, se hicieron presentes con más fuerza sobre la humanidad; desequilibrando así aquella balanza que compartían ambas fuerzas.
Su dual tuvo que tomar cartas en el asunto. Ambos empezaron una rivalidad que duraría millones de años. La balanza empezó a subir y bajar, rompiendo con la estabilidad que había tenido hasta ese entonces. Estas fuerzas competían entre sí para sobresalir en el mundo humano.
Una vez, el bien quizo tener un representante de él en carne viva. Quería transmitir su poder a las personas de una forma más directa. Quería mandarlo al la Tierra transmitir su energía cara a cara, ya que él, al no ser un humano, no podía bajar allí directamente. Así que, con el espíritu de una joven fallecida, tuvo una hija mitad humana mitad ángel: Katia.
Ella era hermosa, limpia, pura. Era perfecta. Su aura irradiaba tranquilidad y paz. Tenía dos enormes alas que brillaban ante el más mínimo rayo de luz. Eran suaves como el algodón y blancas como la nieve. Ella era buena.
Y como todo lo bueno en este mundo, el mal quizo corromperla.
Un día, el mal estafó a Katia, prometiéndole que si lo seguía, encontraría el amor verdadero. La inocencia que tenía la chica era tan pura que lo siguió sin dudarlo; confío en su peor enemigo. Pero este tenía otras intenciones; la obligó a tener un hijo con él
De su madre heredó su belleza, su felicidad, su aura, su confianza, su cara angelical, su buena energía, sus enormes alas. Pero a diferencia de Katia, estas eran negras como el azabache. Eran asperas y no brillaban como las de ella, eran opacas. Su corazón estaba lleno de maldad, sed de venganza, avaricia. Era egocéntrico y manipulador. Pero él no era mitad bueno y malo como se esperaba. Él era los dos al mismo tiempo en su totalidad. Tenía muchísimo poder, más del que alguien pueda imaginar. Y el mal lo sabía, y quería usarlo para destruir al bien de una vez por todas.
El bien, al darse cuenta de la desaparición de Katia, fue a buscarla, encontrándose con el hijo del mal en su lugar. Pudo ver todo el poder que él tenía. Era demasiado peligroso. A escondidas del padre del niño, lo mandó a la Tierra para mantenerlo fuera de su alcance. Nadie tenía que enterarse que aquel ser existía.
La rivalidad de ellos creció cada vez más. El paradero de Katia nunca más se supo, y eso era preocupante, ya que ella, al ser inmortal y portar el poder de bien, alguien podría usarla tal como lo hizo el mal. Y eso enfureció y preocupó más a el padre de la chica. Mientras que el mal, al saber que su hijo había desaparecido por culpa del bien y todos sus planes fueron arruinados, prometió tomar represalias contra su dual.
Allí es donde comienza una guerra entre los opuestos que, hasta el dia de hoy, sigue en pie. Ya no son el yin y el yang, ya no se complementan. Son enemigos. Ambos buscan el poder, pero su orgullo es tan grande que no les deja ver la realidad...
...El poder resulta cuando los opuestos se vuelven complementarios.
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¡Hola!
Esta es la primera vez que escribo un fanfic. Espero que disfruten esta historia.
Si encuentran algún error pueden decirmelo, lo voy a tener en cuenta ♡¡Gracias por leer!
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Taijitu ;; y.k
Fanfiction太極圖 (taijitu); /tàijí tú/ (s.m) símbolo que representa los conceptos de la filosofía china del yin y yang y del taiji, o principio generador de todas las cosas. ❝Aunque parezca increíble, en el fondo del sí mismo existe la bondad, no la maldad.❞ ➸...