局外人 • Forastero

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Ha pasado tan sólo una hora desde que llegué aquí y ya quiero irme. Le había dicho a mi padre que no quería ser parte de su mierda pero aquí estoy, caminando por las calles de Seúl con cara de idiota esperando a que aquel chico doble por la esquina. Me habían dicho su nombre, pero ya no recuerdo cuál era. No me interesa, sólo quiero sacarme esto de encima y así poder estar en paz al fin.

No me acostumbro a estar aquí. La ropa es incómoda, las personas dan asco y el clima es una mierda, hace calor y estoy sudando por primera vez y eso me repugna; en mi hogar esto no pasaba.

No se cuando volveré y eso me impacienta ¿Por qué tengo que ser yo y no él? A veces odiaba ser mitad humano. Tener sentimientos y esas mierdas no me gusta para nada ¿Para qué quiero tenerlas? Hasta el día de hoy no las he sentido —Creo que no, ojalá que no— y pude vivir hasta ahora. Es posible existir sin ellas.

Veo una figura rubia asomándose por la esquina de aquel local. Es él. Tengo que empezar mi plan. Camino desorientado disimulando con mi celular. Miro a todos lados y vuelvo a mirar al aparato ¿Cómo se hace esto? No estoy para nada nervioso, pero siento la adrenalina en mi cuerpo, y eso me agrada. Suspiro frustrado mordiendome el labio viendo el mapa de mi pantalla. Luego de unos metros el chico pasa por mi lado derecho y lo veo de reojo. Es ahora, tengo que actuar.

— ¡Oye, tú! —Volteo hacia él para llamar su atención. El rubio se exalta y gira sobre sus talones para poder verme. Su cara expresa sorpresa y confusión. Quiero reirme pero aguanto las ganas. Mi padre me ha dicho que a eso se le llama respeto o algo asi. Era un asco, pero si quiero socializar tengo que tenerlo. Malditas costumbres.

— ¿Yo? —Se señala a si mismo ¿Enserio? ¡¿Enserio?! Le estoy mirando a él y no hay nadie más aquí. Sabía que los mortales eran tontos, pero él supera todas mis expectativas.

— ¿Ves a alguien más? —Le respondo con otra pregunta. Mira hacia sus costados, se percata que estamos nosotros dos solos y niega— Entonces ¿A quién piensas que le estoy hablando?

— Lo siento... —Agacha la cabeza arrepentido. Quiero golpearlo. Esto me llevará un largo trabajo.

— Quiero un café pero el Internet de mi móvil es una mierda y no puedo usar el mapa —Ignoro su comentario y señalo mi móvil— Dime donde hay un café o algo. Acabo de llegar aquí y no se donde estoy.

— Yo trabajo en un café cerca de aquí —Levanta la vista y señala detrás de él. Su tono de voz es muy bajo. Pude notar que el chico es tímido—. Si quieres puedo llevarte hasta allí.

— Vamos. —Paso por su lado sin mirarlo. El rubio empieza a caminar a mi lado. Caminamos varios metros hasta llegar a la esquina, todavía no hemos emitido palabra.

— Y... —Rompe el silencio y me mira curioso— ¿De dónde vienes?

— ¿Para qué quieres saber? —Indago y lo miro. Puedo notar que medimos lo mismo, eso me agrada.

— Eh... Tu has dicho que no eres de aquí, así que me dio curiosidad... — Se lo nota nervioso ¿Qué he hecho yo para que este así? El niño es muy raro.

— Daegu —Miento. No podía decirle la verdad ¿De dónde vengo exactamente? Ni yo lo sé. No es un lugar al que puedas acceder fácilmente. Además. Si le digo la verdad, arruinaria mis planes. O bueno... los planes de mi padre.

— Yo soy de Busan —Me da una sonrisa y vuelve a mirar al frente— Yo he estado en el mismo lugar que tu, se como te sientes.

— ¿Ah si? —Pregunto ¿De verdad sabe lo que siento? No lo creo. Si él fuera yo, probablemente lloraria. Asiente y suspira.

— Tienes que empezar tu vida de nuevo. No conoces a nadie y estas solo. —Mira sus pies y juega con sus dedos. Enserio. Quiero golpearlo.— Pero no te preocupes... Ya dejaras de sentirte así —Vuelve a mirarme y me sonríe de nuevo ¿Por qué está tan feliz?

— Ah... eso —Se detiene en la puerta de un café haciendo que yo también lo haga, deduzco que aquí es donde trabaja— Estoy durmiendo en un hotel y estoy buscando algún departamento cerca de aquí ¿Sabes de alguno? —Se queda pensando unos segundos y abre los ojos y me señala.

— ¡Conozco a alguien que puede ser se ayuda! —Exclama emocionado— Si quieres puedo decirle. Namjoon hyung estará encantado.

— Bueno. —A diferencia de él, mi voz suena tranquila. Saca su móvil y lo desbloquea. Empieza buscar algo en su menú.

— ¿Quieres pasarme tu número asi mantenemos contacto? — Me muestra la pantalla y puedo ver su lista de contactos. Asiento y tomo su celular. Selecciono «Añadir a contactos» y empiezo a agendar mi número. Se lo devuelvo y mira el móvil.

— Nos estamos hablando, Yoongi —Me exalto ¿Cómo mierda es que sabe mi nombre? Luego de unos segundos me doy cuenta que lo sabe por el contacto y eso me tranquiliza. Por un momento creí que me había descubierto. Joder, que susto. Se da vuelta en dirección a las dos puertas de vidrio del negocio.

— Bueno... eeh... —Me quedo pensando ¿Cómo era su nombre? Muerdo mi labio y miro un punto fijo para concentrarme mejor.

— Jimin. Mi nombre es Jimin —Voltea su torso hacia mi y sonríe. ¡Ese era! Jimin. Jimin. Jimin. Lo repito en mi cabeza para no olvidarmelo otra vez.

— Okey. —Me siento en una de las mesas que se encontraban fuera del local. Veo como el desaparece detrás de las puertas. Suspiro aliviado y apoyo el codo el la mesa y reposo mi cabeza en mi mano. Al fín me lo he sacado de encima. Ya lo tenía. O bueno... Él lo tenía. Sólo era cuestión de esperar a que me hablará y así acercarme al crío que mi padre tanto detesta, ganarme su confianza y llevárselo. Aún no entiendo la razón. No me lo ha explicado muy bien, siempre evita detalles. Pero lo haría, por él.

Pronto conseguirás tu venganza, padre...

Taijitu ;; y.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora