Regla número uno de mi lista: No apuntes al chico lindo.
¿Por qué?
En mis cortos veinte y tres años aprendí que ellos son los peores. Los chicos lindos saben que son lindos y lo usan a su favor. Te sonríen, fingen que te escuchan, caes en su juego cual tonta y luego... ¡Te sueltan cientos de tonterías con sus sonrisas de portada de revista y se van!
Así que a partir de varios errores por mi parte, aprendí a ser yo quien se aleje y no al revés (en caso extremo) pero en realidad... Aprendí a no caer en sus encantos.
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Hasta aquel primer viernes de diciembre, era una noche muy calurosa y habíamos ido a aquel nuevo bar con mis amigas para celebrar. Todo iba de maravilla.
Pero luego llegaste, con tus hermosos ojos azules y tu hermoso cabello rubio corto. Te mire solo una vez y luego seguí con mi noche. Pero note algo en las pocas veces que te cruzabas en camino... A diferencia de tus amigos, estabas callado y solo sonreías mientras tomabas un poco de tu bebida.
Tus ojos azules miraban todo con aburrimiento, como si nada en aquel bar fuera lo suficientemente interesante para ti.
Hasta que me miraste. Me atrapaste justo cuando estaba observándote. Recuerdo haber mirado hacia otro lado con disimulo y a partir de ese momento, cada mirada que iba dirigida a la mesa donde estabas... Se encontraba con la tuya.
¿Por qué no dejaste de mirarme?

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Once reglas rotas.
Short StoryMis amigas solían reírse de mis once reglas para no sufrir por amor. Luego yo me reía de ellas cuando lloraban por amor. Bien, no me reía. Pero al menos eso a mi no me pasaba... Tenía once reglas con las cuales podía estar más que bien. Hasta que ll...