🔼Regla número dos🔽

323 26 1
                                    

Regla número dos: Nunca creas todo lo que él te puede decir.

¿Por qué?

Porque ellos mienten, son capaces hasta de prometerte la corona real de la República Checa con tal de que caigas en su red.

🔼🔽🔼🔽🔼🔽

Te acercaste a nuestra mesa de un momento a otro, mis amigas te miraron con mucha curiosidad. Yo ni siquiera te vi llegar.

Preguntaste si el lugar a mi lado estaba ocupado, aun cuando sabias que no había nadie más con nosotras. Más no respondí, fue una de las chicas que lo hizo y observe con sorpresa como tus mejillas se tenían de rojo mientras te sentabas.

Tu voz era... ¿Cómo puedo describirlo? Un poco ronca pero a la vez tan tranquila.

Mis amigas comenzaron a hablarte, pronto hicieron una buena amistad. Por mi parte observe la mesa de tus amigos, ellos miraban a nuestra dirección con sonrisas y hablaban entre ellos.

Cuando volví mi atención a ustedes, hablaban de películas. Me hablaste, te había respondido apenas y luego cambiaste de tema.

Al final de la noche tus amigos también se acercaron a nuestra mesa. Eran divertidos. Fue una noche divertida...

Me pediste mi número, iba a dártelo. Pero cuando viste mi vacilación, sonreíste. Tu rostro formo esa sonrisa de portada de revista que tanto odio. Me fui sin decirte nada.

Y al otro día quise matar a mi amiga. ¿Tenías que pedirle mi número a ella, aún cuando yo no quise dártelo? Juro que quise golpearlos a ambos con un bate de béisbol.

Once reglas rotas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora