El País de los Sueños y los Clanes de los Elementos ©

CAPÍTULO 13

Todos estaban muy tristes, pensaron que el hechizo no había funcionado. Se levantaron para irse, de repente sintieron como alguien tosía. Se dieron la vuelta y se asombraron al
ver a Atzin viva.
Se acercaron a ella y Harland la sentó en el pasto.
-¿Qué pasó?- Preguntó ella, confundida.
-Me salvaste de morir, pero no nos dimos cuenta de que se te acercaba un enemigo por atrás. Cuando me di cuenta, ya te había clavado la espada. Perdón.-Dijo Santi con una mirada de tristeza.
Atzin sonrió, le dijo:
-Descuida. No es tu culpa.
No te diste cuenta a tiempo. A todos nos puede pasar. Además, estoy viva y eso es lo bueno.
Santi la abrazó, los demás hicieron lo mismo.
Se separaron del abrazo y se fueron al castillo.
Se presentaron ante el rey, él les agradeció por haber salvado “El País de los Sueños” de la destrucción total. Ellos le reverenciaron y se retiraron.
Fueron a los jardines que había detrás del castillo, estuvieron mucho tiempo ahí. Entraron al castillo, ya que Neyén tendría que irse a Camelot.
Él se encontraba en la pieza, juntando sus cosas, para irse. No quería dejar a sus amigos, pero no tenía opción.
Terminó de juntar todo, les dejó las maletas a los sirvientes, bajó al salón del trono y salió del castillo, donde lo esperaban. Keanu, el grifo, estaba ahí, se iba a ir con él.
Se acercó a sus amigos y comenzó a despedirse.
Suerte en Camelot, te vamos a extrañar.-Le dijo Atzin.
-Andá y disfrutá, amigo mío.- Habló Harland.
-Nos vemos pronto, tal vez cuando yo vuelva, estés otra vez- Señaló Santi.
Neyén les sonrió y vio alrededor, se decepcionó.
-¿Qué pasa, Ney?- Preguntó Santi.
-Es que pensé que vendría Fayna a despedirse.- Dijo él, cabizbajo.
Harland lo vio, con tristeza, y le dijo:
            -Tal vez está ocupada.
-Seguro que sí.- Dijo Neyén levantando la vista.
-¡Vamos chico! ¡Se hace tarde!- Lo apresuró el cochero.
Neyén lo vio, y se despidió de sus amigos.
-Me temo que es la hora de que me vaya.- Dijo él.
Se abrazaron y Neyén se dio la vuelta para subir al carruaje, que lo llevaría a Camelot.
-¡Ney!- Gritó alguien.
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¿Ya saben quién fue? Pronto, y con eso me refiero a unos segundos, lo descubrirán!!!!