La Noche

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Lean la nota al final
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El sol entra por la ventana, abro los ojos y no sé dónde estoy. Los recuerdos empiezan a llegar a mi mente, estoy en un hotel, Sebastián está conmigo, puedo ver a Leandro junto a mi, Beto junto a él y Soco del otro lado junto a Sebastián,  ya es el día. Veo mi vestido colgando en la puerta del armario, es bellísimo.

Me levanto y me meto al baño antes de que llegue el equipo, no valla a ser que me encuentren en bragas, porque sí, olvidé la pijama y tuve que dormir en bragas y un suéter robado, bueno, próximamente.

Escucho que tocan la puerta y voy corriendo, un camarero entra arrastrando un carrito con muchas bandejas. Me encanta.

- Los señores Sebastián, Leandro, Alberto y Sócrates han pedido el desayuno para usted. -- Una muy sorprendida yo le da las gracias y el camarero empieza a marcharse, antes de llegar a la puerta lo veo regresar y sacar un pequeño papel blanco de un bolsillo en el delantal que no sabía que tenía.

- El señor Sebastián me pidió que le entregue esto -- dice mientras me tiende el pequeño pedazo de papel.

- Gracias otra vez. -- no puedo contener la sonrisita que se empieza a formar en mis labios.

Mario junto con su equipo de arpias entran dandole una mirada despectiva al camarero y a mis fachas haciendo que el pobre muchacho huya despavorido, yo también huiria si estuviese en su lugar.

El grupo de arpias dispersa una sarta de utencilios sobre una mesa que parecen de un cirujano loco.
Un grupo se encarga de mis manos, otro de mis pies, otras de mi cabello y un chico muy chulo me hace lo que creo que es un facial en el rostro ó algo así.

...

Ya es la hora, literalmente me han tenido todo el día sentada sin permitirme hacer nada.

Ya son las cinco y empiezan a maquillarme para luego ponerme el vestido y estar lista por completo.

...

El reloj en la pared, los toques en la puerta y el nerviosismo que se cargan Mario y su grupo de arpias me indica que es el momento.

Una de las arpias se dirige al saloncito contiguo a la habitación a abrir la puerta y yo ya no puedo estar más nerviosa. Escucho la voz de Ernesto y luego a Sebastián, abren las puertas que comunican ambas habitaciones y al fin lo veo, está más hermoso que de costumbre.

Nuestras miradas se encuentran, veo una hermosa sonrisa formarse en sus hermosos labios y luego las malditas extensiones de la rubia de farmacia ponerse en medio.

- Siempre es un tremendo placer volver a verlos... -- empieza con su chillóna voz una perorata sin sentido ( por qué siempre esta clase de chicas tienen que tener esa maldita voz nasam y chillona, es comosi fuese lo único disponible para ellas) . Me diverte ver que todos en la sala están empleando la ley de S.A.F.A.

Sonreir
Acentir y
Fingir
Atención

En cierto momento Sebastián se desespera y camina hacia mi y sin darme cuenta está parado frente a mi. Mierda.

- Es hora de irnos -- no puedo hacer nada más que asentir y aceptar el brazo que me ofrece.

Tiene un traje en seda, azul marino y que le queda 👌 convina perfecto conmigo. Ernesto no se queda atrás, tiene un traje en seda, la chaqueta es entre rojo y negro con las halas totalmente negras al igual que el pantalón y los zapatos en charol.

Salimos del hotel, veo a los chicos saludarme desde la entrada, detrás de ellos se encuentra la Tahoe que tan bien conozco. Nos acercamos hasta ellos y allí nos saludan con un fuerte abrazo y los halagos que no faltan. Subimos a la limusina porque sí soll seremos él y yo, los demás irán en la Tahoe. Sebastián me ofrece su mano para que pueda entrar sin ningun problema y el vehículo se pone en marcha.

Mis nervios ya no dan para más, no es porque él esté hunto a mi mas bello que de costumbre, no, ( bueno sí pero si me preguntas diré que no) sino que pensar en la cantidad cámaras y ojos que estarán  sobre mi esta noche me aterra.

Veo a pocos metros las radiantes luces resplandecer por todos lados, estamos en una especie de cola de vehículos, sorprendentemente ninguno dice nada en el camino y me gusta saber que no soy la única que se perdió en sus pensamientos. Siento el calor de su mano sobre la mía entrelazandolas sin decir nada. El auto ya está en la entrada, es nuestro turno.

- Estoy contigo, es decir... estamos, nada va a pasar -- muevo mi cabeza de forma afirmativa y veo la puerta abrirse. Sebastián sale primero me ofrece la mano para que pueda salir sin problemas. Nisiquiera puedo cuantificar todas las luces y flashes de camaras que chocan brutal e incesantemente contra nosotros.

...

Todo fue mucho mejor de lo que en algún momento pude imaginar, Sebastián, Leandro y Francis estuvieron conmigo en todo momento pero por alguna razon Alberto estuvo muy distante.

La limusina se detiene frente al hotel, Sebastián sale del vehículo y me ayuda a hacer lo mismo, me sorprende que no retirara su mano cuando terminé de salir sino que la tomó con más seguridad mientras caminábamos a un lugar desconocido para mi...

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Sabemos que van a tener muchas dudas sobre este capítulo así  que cuéntenos en los comentarios lo creen que está pasando las primeras tres que acierten les dedicaremos los próximos capítulos.

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Si quieren fotos de los vestuarios dejen 🌟⭐

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Chicas gracias por esperar, como ya saben cuando teníamos el capítulo listo se nos borró por completo y tuvimos que reescribir, además de que somos dos escritoras y ambas debemos revisar los capítulos y estar de acuerdo con todo y eso no es la cosa más facil del mundo.

Ahora sí hasta aquí

We love Lo Blanquito ❤

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Eto' e' un Problema Serio #thedomains2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora