¿Pero que me pasaba?
Hace aproximadamente una semana que había ido a aquella pastelería, esa pastelería en la que se encontraba él chico hermoso. Así le había en mis pensamientos, pues con las estupideces que salían de mi boca en aquél momento no pude preguntarle su nombre. ¡Dios! ¡Que pena!. De sólo acordarme del ridículo que hice frente ese chico se me pone la cara roja.
- Disculpe, ¿si me escuchó? Dije que serían $20.
- ¿Ah? ¡Ah! Si, si. A-aquí tiene. - Extendí la mano para entregarle el dinero, y fue ahí que me di cuenta de que estaba temblando.
- Vuelva otro día.- Dijo mientras alargaba la mano para tomar el dinero, y también para entregarme la rebanada.
- Claro, yo vendría todos los días sólo para ver tu hermosa sonrisa ...- En ese momento fue como si las palabras hubieran salido por sí solas. Entonces el chico me vio extraño.- ¡Digo! No tienes una sonrisa bonita,- Y en ese instante entrecerró los ojos, mirándome aún más extraño.- Bueno, no es como que no tuvieras una sonrisa encantadora, De hecho la tienes y ¡Por dios! ¡Esos ojos!
El chico primero se vio confundido, pero luego soltó una risita.
Fue ahí cuando me di cuenta que todas las personas que se encontraban en él local nos estaban observando. Algunas murmuraban y otras sólo escuchaban.
- Gr-gracias.- había tomado mi rebanada y estoy seguro que casi salí corriendo de ahí, con mi rebanada en mano y la cara totalmente roja.
Después de haber pasado tanta vergüenza, no volví a ir a la pastelería. Pensaba que era algo temporal, que cuando pasara el tiempo ya ni siquiera lo iba a recordar. Que equivocado estaba. Desde que no he ido me dan muchos nervios, siento un impulso por ir nuevamente, pero siento que haré de nuevo el ridículo. Es demasiado difícil tener que pasar por ahí a diario y evadir mis ganas de entrar.
Siempre que pasaba por ahí me quedaba pensando en
¿Entraré?
¿Pero si está aquél chico?
Pero, ¿no es eso lo qué quiero, volver a verlo?
Y siempre me ganan los nervios, pues me voy alejando rápidamente de ahí. De donde se encuentra él chico hermoso.
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The Bakerv
Short Story-¿Que va a querer, joven? -Una rebanada de pastel de chocolate, por favor.- contestó mientras rebuscaba entre su cartera el dinero para pagar. Y en él momento en que volteó a verlo a los ojos, esos hermosos ojos color azul cielo, supo que estaba pe...
