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- Kim TaeHyung, 19 años, último año en la secundaria, generación 2018 - Dije sin mayor miedo, probablemente ya había sido reconocido, por lo que sólo me quedaba mantener la formalidad de una introducción.

- Un momento por favor, déjeme revisar el sistema antes de poder darle una respuesta - La secretaria sonreía con una alegría claramente falsa, era parte de su trabajo después de todo. Bajó su mirada por unos segundos hasta que volvió a levantar su vista luego de encontrar lo que buscaba en el ordenador. - Sí, aquí está registrado, su hora con el consejero se ha retrasado un momento, está con un caso de último minuto.

- En ese caso ¿Podría cambiar la hora? Se supone que tomé esta sesión para evitar toparme con otros alumnos. -



Kim Taehyung, 19 años, último año en la secundaria, generación 2018. Así me conoce el mundo académico en el instituto, y la verdad es que con aquella etiqueta me bastaba. Sin embargo, el ambiente social dentro del lugar era completamente distinto, mi apodo lo decía todo: Nova ¿Por qué? Simple, por el brillo que emanaba de mi persona en todo momento, al menos eso es lo que había escuchado cuando la gente hablaba en los pasillos sobre mí.


Hubiera deseado ser alguien normal, sin un talento especial, con notas promedio, con una familia promedio, así podría haber pasado desapercibido como realmente deseaba, pero la vida tiende a tener esta forma particular de reírse en tu cara al cambiar todo lo que deseas por el exceso de lo que temes: En vez no tener talento era el capitán del equipo de baile que llevó al instituto a ganar dos campeonatos regionales y uno nacional; en vez de tener notas promedios destacaba por una excelencia académica que muchos envidiaban y otros buscaban aprovechar para sus propios beneficios; en vez de tener una familia promedio nací en lo que muchos denominarían una cuna de oro, un padre que dirigía la mayor compañía de computación de Corea y una madre que estaba a cargo de las mayores cadenas de restaurantes 5 estrellas en el ámbito administrativo, claro estaba que los ingresos monetarios jamás fueron un problema.


Así fue como nació el apodo de Nova, el chico que era incapaz de decepcionar al mundo, pero que tenía una falla específica: Jamás se le había visto con pareja. No me malentiendan, el amor tampoco es algo que me llamase demasiado la atención antes del éxito, pero cuando las personas te ponen en un pedestal comienzas a dudar sobre todo lo que eres, y si deberías de hacer cosas que jamás pensaste para mantener la imagen que te obligan a tener en todo elemento que compone tu vida. Ese caos fue lo que me llevó a pedir la hora con el consejero, porque esa duda había traído a la luz una verdad de la que no era consciente hace unos años atrás, y digo años porque es de esas verdades que siempre existieron en uno pero que preferíamos dejar en el olvido para no perjudicar nuestro preciado estatus social, estupidez de la sociedad actual.


La secretaria no tuvo problema alguno en buscar nuevamente un horario disponible para el próximo día, llegando incluso a ofrecerme puestos de otros chicos con tal de ser tratado "como merecía", algo que impedí de inmediato. Claro, era bastante privilegiado, pero prometí que jamás usaría eso para sacar ventaja frente a los demás, tenía que hacerme mi propio camino, y eso implicaba batallar en la vida igual que el resto, a pesar de tener tantos privilegios favoreciéndome. Una vez solucionado el problema salí de la recepción de la escuela y me dirigí al salón de baile, el equipo probablemente me estaría esperando y preguntándose si algo había ocurrido, eso esperaba. Pero al llegar, JiMin, uno de mis pocos viejos, y reales, amigos, fue el primero en recordarme que lo que yo esperaba era algo que jamás tendría en la vida.

• • El Chico Que Quiso Amar• •  ||TaeKook||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora