Está es la historia de dos amigos, una chica que cree en la amistad. Su mejor amigo -un chico escéptico con este tema- se niega aceptar que pueden existir los mejores amigos, y confunde a su amiga. Ella al verse en esta situación recurre a recuerdos...
Sobre el video no tengo nada mas que decir que... ¡Es su favorito!
(...)
He decidió hacer un paréntesis porque es un día muy significativo para mí.
Polos opuestos.
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Les contaré brevemente sobre mi polo opuesto, José.
José es un chico alto, delgado, ojos color miel, cabello ondulado, muy atractivo. Él y yo nos comenzamos a relacionar por Facebook, a pesar de que estudiábamos en el mismo colegio(en secundaria) no nos animamos a hablar en persona. Hasta años mas adelante que nos reunimos a charlar.
José y yo siempre, -siempre- hemos tenido puntos de vista diferentes, en ocasiones llegue a pensar que solo lo hacía por llevarme la contraria, pero no. Es su naturaleza ser así de terco. Somos personas completamente diferentes, hoy en día él estudia ingeniería yo psicología, a él le gustan las películas de terror a mi las historias clásicas o románticas, él no cree en el amor verdadero yo si, etcétera... -solo por mencionar unos ejemplos-.
A pesar de nuestras diferencias, cuando le tocaba darme un consejo era el mejor. Muchas veces hablábamos por celular y ambos nos compartíamos nuestras tragedias, él me hacía sentir fuerte y yo a él.
Nos retabamos a ver quien se recuperaba con más rapidez y he de admitir que él ganaba.
En varios de nuestros tantos "debates" -debatiamos por cualquier cosa- nos molestabamos porque ninguno daba el brazo a torcer, ninguno cedía, era un capricho. Le encantaba retarme -según él para sacar mi mayor potencial-.
En nuestro pequeño juego, era una costumbre, discutir, dejar de escribirnos y a los dos días o a veces menos, seguir siendo amigos como si nada.
Lo divertido es que, todas esas diferencias le daban sazón a nuestra amistad. Gracias a él he conocido otros géneros musicales, he aprendido a no ser tan abierta con algunas personas y a no sufrir por una amistad o un romance fallido, he aprendido a defender mi punto de vista, lo que creo y amo.
José es un ser humano complicado, pero increíble.
Hoy se cumplen más de 5 meses sin hablarnos, nunca hemos durado tanto sin comunicación. He de decir que lo extraño mucho.
La razón por la que discutimos ya ni la recuerdo, de tan insignificante que fue, por lo menos para mí. Nose José que tanta importancia le dio.
Para su cumpleaños decidí escribirle, pero el "visto" fue más que una respuesta. No quise insistir y deje todo así.
Un mes después mi cumpleaños llegó y tenia muchas ilusiones de que él me escribiera y que todo volviera a la "normalidad" pero, no sucedió.
Me entristece en gran manera, pero no puedo hacer más que aceptar que en estos momentos nuestra amistad no encaja en su vida.
"Recuerden que una amistad es de dos. No pueden obligar a nadie a ser su amigo."
Para ser honesta, extraño los debates hasta altas horas de la noche, las risas incesables cuando nos lograbamos reunir, incluso sus teorías locas sobre la existencia humana.
No se si la amistad ya se acabó. Tal vez no estamos listos para retomarla, tal vez necesitamos madurar más. Solo el universo lo sabe.
De José aprendí que las diferencias no son motivo para negarse la oportunidad de una amistad. Al contrario, es una oportunidad de aprendizaje, de explorar más allá de la zona de confort. A no negarse a nuevas experiencias, por más locas que estas sean. Algo bueno dejarán. Ya sea una lección de vida o un recuerdo maravilloso.
Término esta breve historia con una de las frases que José solía decir:
