XIV

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Mis ojos se abrieron un poco más de lo normal al escuchar tales palabras.

El palpitar de mi corazón logró aumentar drásticamente. Un rubor en mis mejillas, un extraño sentir en el estómago.
—¡ Déjame !— El recuerdo de sus anteriores palabras y de igual forma risas regresó a mis pensamientos. —¡¿ Flores ?!, ¡ Yo no quiero tus asquerosas flores !— Qué idiota, realmente deseo unas flores; exclusivamente de él.

Me ignoró, me ignoró por completo.
Una extraña sensación de coraje logró invadir mi sentir. —¡ Idiota !, ¡ Te estoy hablando !— Moví mi brazo, detuve mis pasos, él no se detenía. Era más fuerte, más terco y más alto.
—¡ E-Ey !— Cerré mis ojos al sentir como la luz de afuera resplandecía por el interior de la entrada. Después un camino más duro bajo mis pies, habíamos salido ya de la Corporación.

Observé como colocó sus dos dedos en su frente.
Con más fuerza, moví mi brazo bruscamente. —¡ Kakarotto ...!— Cerré mis ojos para parpadear, al abrirlos ya nos encontrábamos en un lugar público.
Comencé a observar cada detalle, incluso hasta el más insignificante. Al frente nuestro habían unas grandes puertas de cristal, el sol le daba luz a tal lugar que en sus interiores estaba repleto de rosas de diferentes tipos.

Nuevamente un jaloneo de su parte hizo que yo moviera mis pies, atravesamos tales puertas brillosas. No tardó ni un segundo el fresco aire en inundar nuestros cuerpos, un aroma muy agradable se hizo presente en mi olfato; una extraña combinación olorosa y perfecta, proveniente de las rosas, cada una era distinta y a causa de esto desprendían distintas fragancias.

Observé finalmente el lugar, como era de esperarse había rosas por doquier.
—Elige la que quieras.— Escuché la voz de Kakarotto por un lado mío.
—¿ Por qué ?— Me crucé de brazos y ladeé mis caderas.
—Porque sí.— Me excusé a mi mismo con el no ser descortés; en mis interiores realmente ansiaba unas rosas. Mi vista comenzó a buscar algo de mi preferencia, una idea surgió en mi cabeza. Sonreí ladinamente. —Me gustaría un ramo, con una flor de cada especie.— Miré a Kakarotto una vez que terminé de hablar, nuevamente la sonrisa ladina regresó a mis labios.
—Está bien.— Respondió con simpleza, a lo cual yo me sorprendí un poco.
Asentí y me di la vuelta para dejar de verlo, caminé al mostrador con lentitud, no bastaron muchos pasos para llegar.
—Disculpe...— Llamé la atención de la joven chica que se encontraba de espaldas al mostrador. Pareció exaltarse un poco, se dio la vuelta torpemente para poder observarme mejor, o para dirigirme la palabra.
—¡ Bienvenido seas !, ¿ puedo ayudarte ?— Una gran sonrisa se formó en sus labios, mostró para mi sus blanquecinos dientes.
—Ajahm, ¿ podrías hacerme un ramo especial ?— Me detuve por unos segundos. Giré mi vista hacia el estúpido de Kakarotto. —¡ Ven aquí !— Le ordené, me fulminó con la mirada y se encaminó hacia donde yo me encontraba.
Regresé mi vista hacia la tipa extraña de dientes blancos, sus mejillas estaban tornadas de un rojo profundo. Su mirada ya no estaba en mí, ¡ Estaba en Kakarotto !
—Disculpa.— Volví a tratar de llamar su atención, me molestó mucho que me ignorara, ¡ Me molesta más que vea a mí Kakarotto !
—¡¡ Disculpa !!— Golpee el mostrador con algo de fuerza, milagrosamente no se rompió.
Me miró nuevamente, una risa nerviosa salió de sus labios.
—Uhm, si que es distraída.— Miré a Kakarotto, ¿¡ Por qué habla de ella !?. Fruncí mi entrecejo un poco más de lo normal, ¡ Lo miraba nuevamente !

—¿ E-En qué puedo ayudarlos ?

—Solicito un ramo de flores para éste tipo.— Respondió Kakarotto a la vez que me señalaba.
"¿¡ Este tipo !?, ¿¡¡ Este tipo !!?"
—¡ Oh, oh ! Digo si, ¿ De cuales solicita jóven ?— Su tono de voz cambió a uno de coqueteo. Pude observar su mirada repugnante, ¡ Pude observar cada movimiento de seducción !
—Pues, tal vez una de cada especie.— Me molesta el hecho de que le siga a
hablando, ¿¡ Por qué lo sigue haciendo !?
—Uhm, será un ramo muy lindo.— Recargó sus manos en el mostrador. —:¿ Verdad ?— Sonrió ladinamente.
—Pues, imagino que sí.— Cerré mis ojos por unos momentos.
Mordí mi labio inferior con frustración y finalmente volví a mirar a aquella mujer.
—Kakarotto, tú guarda silencio.— Le ordené en un tono de molestia. —¡ S-Sólo comprame el ramo y ya !—
Volví a ordenarle en un tono de voz más alto.
¡ Quería gritar !, ¡ Gritar que este imbécil es mío !
¡ Pero no es así !, él nisiquiera me aprecia.
—Está bien.— Respondió con simpleza.
—:¿ Me puede dar el ramo ?
—Por supuesto. — Salió finalmente del mostrador. Se colocó frente una máquina y comenzó a apretarla y a moverle cosas extrañas.
Miré a Kakarotto aún con molestia, me ignoró por completo y continuó observando los movimientos de la mujer que se encontraba a unos pasos de él.
¿ De qué manera demostrar que estoy celoso ?
¡ Me molesta más que no pueda hacer nada !
—Kakarotto...— Llamé su atención en un tono de voz más calmado. —¿ Por qué me darás flores a mí. ?— Me encargué de recalcar lo máximo posible las dos últimas palabras.
—Porque quiero.— Finalmente volteó a verme. Qué indiferencia de su parte.
—Hmp, imbécil.— Murmuré a la vez que me cruzaba de brazos.

En un par de minutos más, las flores fueron entregadas a manos de Kakarotto.
Sacó una tarjeta y se la extendió a la tipa, ¿ Realmente me compraría flores ?
Finalmente cobró. Salimos de ese horrible lugar. —Uhm, realmente estuvieron caras.— Sostenía el ticket con su mano y lo observaba a detalle. —Ese era el chiste, si me ibas a dar algo, sería algo bueno.— Sonreí ladinamente, mostrando el orgullo que sentía en esos momentos.
—¿ Cómo mi pene ?— Abrí mis ojos un poco más de lo normal, a la vez que sentí mis mejillas arder.
Lo miré con suma vergüenza, él soltó una carcajada; me molestó demasiado.
—¡¡¡ No seas idiota !!!

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Adiós.💕

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