La correcta - Segunda parte

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"Sé que he dado contra el mundo y perdido la esperanza.
Porque aunque llevo cargas del pasado, cuando ella esta mi lado se equilibra la balanza y nada me cansa...
No pienso dar, ni un paso atrás, en el camino que llevé hacía tus besos, no pienso en eso, se los confieso, hoy me arriesgó a todo sin mirar atrás."

Poché se levanto de su asiento, con un revoltijo de sentimientos, ubicó la salida más cercana y huyó del salón de eventos.

Afuera estaban varios alumnos, pero ella no quería estar esa noche con nadie más que no fuese Calle, no sabía porque y eso le enojaba, porque ella siempre tenía claro el porqué de las cosas, siempre trataba de estar calmada, pero en ese momento se sentía ansiosa y enojada.
Golpeó una lata de cerveza tirada en el pasillo en busca de sentirse desahogada, pero seguía sintiéndose igual.

Vago sin rumbo por la escuela, hasta llegar a las gradas del campo de fútbol, se quedó ahí la luna estaba llena y las lámparas cercanas la hacían sentir segura, al final sabía que Sebas y Calle debían volver en el mismo auto y ella se podría ir sola.

Analizó la situación, Calle siempre le decía "Es amor, no lógica", lo había dicho cuando término con sus últimos 3 ex's novios, recordó el primero que su vecina tuvo, Michael... Tal vez ella había tenido que ver en el repentino colapso de esa relación, se puede decir que fue por protegerla, Calle tenía en ese entonces 15 y el chico 17.

–Si, lo espanté para protegerla.–Pensó en voz alta.–Bueno con Daniel, lo hice porque...–Trató de pensar un buena excusa para si misma, pero no se le ocurría más.

El supuesto odio no parecía eso, ella solo la molestaba porque le gustaba la manera en la que su rostro se sonrojaba cuando la llevaba al límite de su paciencia, le gustaban volver a casa con ella (Aunque no lo aceptara en voz alta), podía caminar detrás y verle el trasero.

“La vista es perfecta...” –Pensó.

Paso un rato más en silencio, unió todo y llegó a una sorprendente conclusión.

–¡Me gusta Calle!.–Dijo en voz alta con miedo.–No, no, no.–Dijo dando vueltas en su lugar con nerviosismo.

–¡Hey!.–Se asusto al escuchar esa voz casi a su lado.–¿Por qué te saliste?, entiendo que no querías venir, pero esta frío aquí, te puedes enfermar.–Calle se sentó a su lado.

"Sigue luciendo hermosa" Pensó Poché mirándola directamente, desbordaba nerviosismo.

–No me mires así tonta, siento que éstas planeando la mejor forma para matarme.–Bromeó dándole un suave golpe en el hombro.

–Nunca te mataría y lo sabes.–Confesó Poché, se volvió sentar y miró la luna.

–Lo sé.–Aceptó.–¿Te enojaste porque Fernando me estaba tocando?... Demasiado.–Agregó mirándola.

–Te estaba toqueteando toda, eso no es correcto, eres una chica que merece todo el respeto en el mundo.

–Lo sé, por eso deje de bailar con él y cuando te busque ya no estabas ahí.–Reclamó de manera calmada.–Entiendo que quieras protegerme pero...

Y el auto-control de Poché se fue por la borda, no soportó más ver esos labios moviéndose y se abalanzó juntándolos con los suyos, era el primer beso para ella y vaya que estaba feliz de haber tomado la iniciativa.

Al principió Calle se mostró sorprendida, se quedó congelada sin saber que hacer, pero algo, algo que había vivido escondido por mucho tiempo término controlándola.

Se besaron, de manera profunda y necesitada, como si lo hubiesen estado esperando mucho tiempo, María José se separó lentamente, unió sus frentes mientras recuperaban el aire perdido.

–No estaba siendo sobre protectora, estaba celosa, no sé como, no sé porqué, pero quiero besarte, a ti, a ti que me desesperas en un minuto, a ti que hasta hace un rato pensé no soportarte, ¡Quiero besarte Daniela!.–Aceptó parándose frente a su vecina.–Nos llevamos muy mal, soy capaz de decir que algo verde es negro solo para llevarte la contaría, porque amo verte enojada, amo ver que haces un berrinche cada que sabes que yo tengo la razón en algo, amo cuando te pones jeans, y aunque no quería aceptarlo, amo ver tu trasero cuando vamos de regreso a casa, no me importa que nos llevemos como perro y gato, yo quiero besarte.–Confesó arrodillándose a su altura.–Y besarte, y besarte, y besarte.–Le dio uno por cada vez que lo dijo, Calle tenía una expresión entre sorprendida y embobada.

–Poché...–Chilló abrazándola, escondió su rostro en su cuello.–Yo también quiero besarte.–Susurro, se separó y le dio un cortó beso.–Tal vez no nos odiamos tanto... Sólo es amor.

–Un poco raro.–Añadió acomodandole un mechón de cabello.

–Somos raras.–Aceptó Daniela abrazándola.–¿T-tú en verdad me quieres?.

–Yo soy como un témpano de hielo y te acabó de decir algo muy cursi, ¡Por dios mujer!.

Calle se echó a reír, la Poché normal había vuelto y la quería más que nunca...

(***)

“Si tú te vas.
Serías la culpable de mis besos desterrados.
Si tú te vas, si tú te vas, yo habría sido un rey que ahora se viste de soldado.
Si tú te vas, si tú te vas, será porque mi suerte me condenó a perderte y te arrancó de mi.
Si tú te vas, serías la correcta... Y yo sería el equivocado.”

–Mami dice que no puedo usar este short.–Gabriela se tiro a la cama de su madre haciéndola despertar con su queja.

–Eres una dramática hija.–Se quejó Poché levantando a su hija del cuerpo medio dormido de su esposa.–A ver, bella durmiente, es domingo, tienes que llevar a Gabriela a clases de piano.

–Que mami Poché se encargué.–Chilló Calle escondiéndose entre las sábanas.

–Si vas a dejarla temprano, podríamos tener un poco de nuestro juego.–Propuso Poché en un susurro cerca del oído de su esposa.

Amaban a su pequeña hija de 5 años, pero no podían negar que pasar unos minutos a solas les vendría bien.

Poché bajo a la cocina para preparar el desayuno, tal como supuso, su esposa bajo a los pocoa minutos, al lado venía su hija, Daniela se detenía unos segundos antes de cruzar cualquier puerta, su hija con el tiempo había desarrollado la misma manía.
Poché sonrió con ternura, Gabriela era el vivo retrato de su esposa, compartía un par de facciones con ella, pero en su manera de ser y actuar, era una mini Calle, cosa que le complicaba sus día a veces.

Seguían teniendo pequeñas discusiones un poco raras, pero siempre terminaban en un beso.
Daniela se enojaba porque María José sabía el efecto que uno de sus besos hacían en ella, Poché amaba molestarla, así que siempre terminaba las discusiones con un beso.

Si bien muchos veían la relación un poco rara, ambas sabían que se amaban, desde aquél beso en la noche del baile cuando apenas eran unas adolescentes, habían descubierto que eran la correcta una para una, la pieza flotante, la medía naranja que muchos nunca encuentran... Ellas si habían tenido la suerte de encontrarse.

“Te cuento que me encuentro enamorado... Y siento que esta vez es la correcta.”




Ame escribir esto ❤
Gracias por leer, significa mucho para mi, perdón por algún error.
Saludos a la que me estuvo recordando actualizar, sos lo más

Caché || One Shots SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora