Capítulo tres.

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Por segunda vez en sus vidas, Taehyung y Jungkook volvieron a juntarse, pero esta vez decidieron presentarse oficialmente ante el resto de los amigos, excepto Hoseok, que no vivía en la misma ciudad que ellos. Un miércoles en la tarde, a las seis y media de la tarde en pleno verano, los chicos tuvieron que quedarse esperando bajo el fuerte Sol a que los dos amigos restantes hicieran su aparición.

—¡Ahí están! —exclamó Jin, señalando a dos figuras en la lejanía que se aproximaban a paso calmado.

Los amigos se acercaron a esos dos chicos y comenzaron a regañarles debido a esos diez minutos que tardaron en venir. No era agradable esperar, pero con las altas temperaturas y ni un poco de sombra a la vista, la espera era casi eterna.

—Chicos, este es Jungkook en carne y hueso —Taehyung apoyó su brazo sobre los fuertes hombros del nuevo miembro del grupo—. Tratadlo bien.

Los otros le dieron la mano en señal de saludo. Habían decidido quedar, porque tras una semana conociendo a Jungkook, supieron que era un chico muy agradable, alguien capaz de charlar sobre cualquier cosa, incluso poder controlar a las muy extrañas a la par de perturbadoras conversaciones del más joven del grupo de WhatsApp; Hoseok.

Según Jungkook, aquel adolescente le causaba mucha curiosidad. Era la primera vez que hablaba con alguien tan extrovertido, a pesar que ha alegado varias veces que no tenía muchos amigos en su instituto. No se cortaba ni un poquito a la hora de hablar de sus gustos, de sus muy peculiares gustos hacia los homosexuales. Llegó a comentarle que este lo era, y eso le dio la suficiente confianza al mayor para admitir que él también lo era. Ahora eran dos colegas homosexuales.

Pero, por muy agradable que fuera Hoseok, el que de verdad le atraía era otra persona, un joven cuyo carácter era apacible a la par de abierto y amable. Por supuesto que no era Taehyung, ya que este era todo lo contrario a lo que es ese otro chico.

—¿Y qué hacemos? —preguntó Namjoon, pensando en qué lugares divertidos podrían ir.

—Vamos caminando y ya veremos —habló Taehyung, despreocupado.

El grupo de amigos se dirigió hacia cualquier lugar, sin tener nada en concreto en mente. Sus conversaciones iban de lo más normal hasta lo más insólito, que sino fuera por Taehyung y su extraordinaria imaginación, no habrían podido mencionar jamás.

Estuvieron casi todo el día recorriendo las calles de Seoul. Evidentemente se paraban de vez en cuando, sobre todo si habían parques, pues parece que a Taehyung le encantaban los columpios y muchas veces hacía carreras contra SeokJin para ser el primero en coger el mejor. La verdad es que fue realmente divertido, al menos para Jungkook. Si así iban a ser siempre todas las veces que fueran a quedar en el futuro, pues oye, ¡qué maravilla!

Tal vez, en las próximas ocasiones, Jungkook podría quedarse a solas con ese chico que tanto le atraía.

WhatsApp, gracias. |JungHope|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora