♡ XXI ♡

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Narra Destiny.

Camino por el andén de la estación de Londres lentamente, sin prisa alguna. Miro los trenes uno por uno, y, finalmente, me paro en una vía aún vacía. Apoyo mi baúl en el suelo y me siento encima. Una lechuza negra vuela hacia mí y la reconozco al instante. Para mi sorpresa, no lleva nada, simplemente se para y vuela sobre mí en círculos. Busco en los alrededores, esperando a que mi amado príncipe aparezca, aunque sé que eso no va a pasar.

Finalmente, la oscura lechuza se posa sobre mis piernas y me deja acariciarla. Pasan un par de minutos y finalmente, el tren llega. Al instante, el animal vuelve a volar sobre mi cabeza y seguidamente, se va en la dirección en la que vino. Me levanto lista para subir al tren y empezar mi nueva vida, hasta que unos gritos me detienen.

–¡Destiny! ¡Destiny! –miro hacia el lugar de donde provienen los gritos y para mi sorpresa, veo a Draco Malfoy corriendo hacia mí. Vuelvo a dejar mis pertenencias en el suelo y espero a que llegue a mí: –¡Destiny! –grita por última vez y me alcanza, abrazándome con fuerza y causando que todos nos miren.

–Draco... ¿q-qué haces aquí? –se separa levemente de mí y junta nuestras frentes, haciéndome que lo mire fijamente.

–Soy un imbécil, pero tú... siempre estás ahí. Yo te trato mal, te desprecio, pero tú... soy una mierda y no te merezco, Destiny. Deberías odiarme –me fijo en sus mejillas, ahora mojadas por sus lágrimas.

–Nunca podría odiarte Draco, nunca. Nunca has tenido elección, no es tu culpa –respondo, mirando sus preciosos ojos grises. Draco sujeta una de mis mejillas con su mano, y me acerca a él por la cintura con la otra, para besarme después. Saboreo su boca y sus lágrimas. Me besa con amor y miedo, como si fuera nuestro primer y último beso.

–Lo mejor para ti sería irte, olvidarte de mí y no hablarme ni escribirme nunca más. Pero... me haces sentir vivo, Destiny –susurra en mi boca– y soy lo suficientemente egoísta como para no dejar que te vayas de mi vida. Quiero hacerte sentir querida, como tú lo has hecho conmigo. Te amo, Destiny. Más que a mi propia piel –sonrío a más no poder y un par de lágrimas se escapan de mis ojos. –No te vayas de mi lado. Jamás –noto en su voz que me necesita, justo como yo lo necesito a él– estaremos juntos para siempre y tendremos una vida feliz, te lo prometo –asiento frenéticamente. No puedo creer lo que me está diciendo.

–La tendremos, Malfoy. La tendremos –sonrío ampliamente y me pongo de puntillas para besarlo. Esta vez, en nuestro beso no hay miedo, hay amor. Amor y felicidad, lo que ambos prometemos darnos.


FIN

cartas a malfoy » d.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora