-Satsuriku no Tenshi- "Nuestra vida después de la muerte" Two Shott

I

Rachel observó con temor la pequeña prueba de embarazo al ver el claro signo de "positivo" en esta. La rubia estaba más que asustada en este momento.

En primera instancia, tenía apenas dieciséis años, y su "novio" le sacaba por lo menos siete años más. Era cierto, pensar en la reacción de Zack le aterraba, ella sabía muy bien que su relación con el era bastante arriesgada desde que era un fugitivo de la ley, acusado injustamente por el crimen de haber matado a sus padres.

Aunque claro, muchos más eran ciertos....

Pero no era el momento indicado para ponerse a pensar sobre ello. La situación no era la más favorable ya que ambos compartían un pequeño departamento ubicado en un lugar bastante peligroso, sin embargo, ese era su refugio. Y para ella había sido mucho más que suficiente. Hasta ahora...
Tener a un bebé en este lugar sería bastante arriesgado, más aún sabiendo que en cada esquina de aquella calle podían ofrecerle drogas o "servicios de compañía" claramente, ella era consiente de que su novio y ella eran solamente otros criminales más en aquel lugar de mala muerte. Pero, ¿Qué culpa tenía ese pequeño bebé? Era un ser indefenso que estaba libre de cualquier pecado. No tenía por qué soportar las condiciones de vida allí.

Sin embargo, volvió a la realidad...

Tenían apenas lo suficiente para sobrevivir ambos y pagar el alquiler de aquel departamento, las cosas se ponían de mal en peor. Ella sabía de antemano que Zack se esforzaba por ella, para darle tan siquiera aquello que parecía poco. Y aunque parezca lo más sorprendente del mundo, él había dejado de matar tan seguidamente con su ayuda. Dejando un tanto de lado esa parte oscura y siniestra que seguía en él.

Pero Zack nunca dejaría de ser Zack, y eso era lo que amaba Ray de él. A pesar de dejar de lado su sed de sangre seguía siendo tan espontáneo y perspicaz como lo había conocido. Era cierto que seguía enojándose bastante fácil y le gritaba mucho, pero ella sabía que la amaba con todo su oscuro corazón.

¡Oh, claro! Y como había dejado de ser un asesino en serie era obvio que debía dedicarse a otras cosas para llevar el pan a la mesa de su humilde hogar. Zack era bueno para pocas cosas, pero si era bueno para destruir. Ese era su trabajo, utilizar una demoledora para derrumbar viejos edificios. Se le daba mejor que nadie.

Pero, ¿Cómo consiguió trabajo si era un prófugo de la justicia? Pues, todos sus años evitando a la policía le habían servido de algo y consiguió documentos falsos para laborar clandestinamente mientras Rachel terminaba sus estudios en una secundaria pública.

Además de que el azabache había dejado de ser analfabeto queriendo superarse a sí mismo, es por eso que con mucha fuerza de voluntad y el incondicional apodo de Ray había aprendido a leer y escribir, claro, también matemáticas básicas.

Y a pesar de que su caligrafía no era la más hermosa del mundo, ese había sido un gran progreso para ambos, inclusive un triunfo del que ambos se sentían orgullosos.

Todo iba bien, oh mejor dicho, no tan mal. Su relación era compleja y a la vez perfecta. Ella sacaba buenas calificaciones y él se esforzaba bastante en su trabajo, pero ahora todo parecía derrumbarse con la llegada de ese nuevo ser.

Una parte de ella estaba feliz parcialmente de tener una familia propia con Zack, como la que se le había sido arrebatada. Y Zack de por sí nunca había tenido una familia.

Esa podría ser la pequeña pieza que faltaba en sus vidas para completarla o la pieza que inevitablemente destruiría todo.

Ella no estaba segura de que hacer. Ni siquiera de contarle a su novio. Pero algo tenía claro en mente. No iba a abortar a su bebé.