Luna sin duda alguna había nacido con una gran belleza. Más concretamente nos referimos a Luna Zabel Foster, hija de nuestros protagonistas. La pequeña cumplía oficialmente 6 años junto a sus padres, obviamente, Zack seguía retrasando cada vez más el juramento que le había hecho tiempo atrás a Rachel. No es como si a ella le molestara o algo similar, ambos disfrutaban de sus vidas junto a su pequeña hija.
La infante se había mostrado interesada desde muy pequeña en la costura, aprendiendo a cocer y a hacer sus propias muñecas desde muy pequeña...
Claramente, después de terminar con una muñeca la apuñalaba con un cuchillo bastante pequeño. Este, claramente fue el primer regalo de cumpleaños que había recibido por parte de su padre, Aunque Rachel no le dejó tocarlo hasta que cumplió los 4 años. Qué seguía siendo una edad bastante corta, pero no pudo ante la insistencia de su ahora marido.
Si, Tres meses después del nacimiento de la pequeña Luna habían decidido casarse. Fue algo bastante apresurado y sin tantos arreglos, ya que ellos solo se tenían entre sí en todo el mundo, la ceremonia fue pequeña y discreta, claramente el juez había sido amenazado con anterioridad por Zack para que realice la ceremonia por el registro civil, pero por insistencia de Rachel decidieron también casarse por la iglesia.
Zack no necesitaba la bendición de algún Dios o cualquier persona para estar junto a Rachel, ya que el la amaba, y para él eso era suficiente.
Sin embargo, Rachel se sentía mal al haber tenido una familia propia sin la bendición de Dios.
No pudo negarse a cumplir la petición de la mujer que tanto amaba.
Ahora nos encontramos en la pequeña casa de la que ambos ahora eran propietarios, una bastante peculiar, de 5 pisos, pero para solo tres personas era como un palacio, contaba con un pequeño jardín y un sótano.
Esa casa no era para nada algo que la pareja tuviese en mente, pero meh, estaba barata.
Extrañamente barata, habían contado con bastante suerte.Cualquier niña común y corriente pasaría la mayor parte de su tiempo en un jardín, observando mariposas o sembrando flores.
Luna no era cualquier niña. Ella se la pasaba en el sótano jugando a las escondidas con su padre, oh, aveces cuando el no estaba, con pequeños amigos imaginarios que su infantil mente había ayudado a crear.
Le agradaba la oscuridad, no le gustaba mucho la luz ya que sentía que le molestaba bastante a sus ojitos. No tenía permitido pintar las paredes de las plantas de arriba, por eso hacia grandes y distintos dibujos en aquel "cuartel" como ella lo llamaba. Al lado de las escaleras que llevaban a las escaleras la pequeña había colgado un letrero que decía: "B6" sin saber que en un pasado bastante lejano, sus padres estuvieron en un lugar con el mismo nombre.
La pequeña era de tez blanca, su cabello rubio le llevaba un poco más arriba de la espalda y sus ojos, esos hermosos ojos eran idénticos a los de su padre.
Generalmente vestía con un par de shorts rojos y un suéter de color negro, utilizaba pequeñas zapatillas converse de color carmesí dándole su propio estilo a su look.
Luna seguía jugando bastante entretenida en su cuartel, esperaba que su padre llegara de trabajar mientras arriba su madre preparaba la cena.
Ah, cierto, era su último día de libertad como ella lo llamaba.
Mañana entraría a la escuela.
"Esa jodida porquería que es impuesta por el estado" como le había dicho su padre. Siendo regañado después por Rachel, claro.
No estaba segura de cómo sería su estancia en ese horrible lugar. Ella odiaba de por si convivir con el resto de niñas de su edad, todas ellas con sus asquerosos vestidos color rosa y esas estúpidas Barbies.
Sus muñecas de trapo eran mil veces mejor, ella lo sabía y su padre también estaba de su lado.
-Luna, sube, ¡La cena ya está lista! -.Escuchó como su madre la llamaba, así que no le quedó de otra más que obedecer, ella ya había visto a su madre enfadada y no era nada bonito.-
Al llegar al siguiente piso, oh como ella lo llamaba, "B5" se dirigió al comedor para ayudar a su madre a poner los cubiertos y los platos en la mesa. Una pequeña mesa circular donde podían caber los tres perfectamente.
A pesar de que la casa era bastante grande, no contaban con tantos muebles para llenarla, pero no era necesario.
-¿No vamos a esperar a papá? -. Preguntó con la total inocencia que solía caracterizarle.-
-Hoy va a llegar un poco tarde, pero no te preocupes, llegará para brindarte las buenas noches.- le explicó su madre con cariño y una ligera sonrisa.-
Su madre era bastante bonita, la mujer más hermosa para ella. Los años habían hecho que sus ojos se llenen de cierto brillo del que había carecido por mucho tiempo. Tenía el cabello corto, un poco más abajo de los hombros. Su cuerpo estaba bastante bien conservado y aún lucía un aura bastante juvenil, teniendo 22 años parecía de 18.
De pronto, ambas escucharon como alguien llegaba a la residencia escandalosamente.
-¡Ya estoy en casa! -. Pudo distinguir el típico tono de voz de su padre, el cual era inconfundible.-
-Bienvenido. -. Ambas respondieron, pero Luna corrió a abrazarlo mientras tenía una gran sonrisa en su aniñado rostro. Zack la cargó entre sus brazos y también sonrió al igual que su pequeña.-
-¡Woah! ¡No había visto a una cumpleañera tan linda en toda mi jodida vida! -. Sintió como Rachel le daba un pequeño golpe con su rodillo.-
-Frente a Luna no, Zack. -. Escuchó a su mujer recriminarle, no era la primera vez que soltaba una grosería frente a la niña, pero simplemente era inevitable la mayoría de las veces.-
-Ya oí, ya oí. -. Bajo a su pequeña mientras volvía a sonreír luego de recibir aquel golpe.-
La cena transcurrió con bastante normalidad, hoy Rachel había preparado la comida preferida de su niña. Puré de papas con albóndigas en salsa de tomate. Y para el postre, pastel de chocolate con helado. Después vieron una película en la sala de estar todos juntos abrigados por una manta. Y antes de que terminara la película, Luna se había quedado profundamente dormida.
Ese había sido uno de sus mejores cumpleaños. Ella no anhelaba una gran fiesta, con muchos niños, un payaso que seguramente podría ser un pedófilo y muchos regalos comprados a último momento.
Para ella la perfección podría ser un simple día jugando a las escondidas con sus amigos imaginarios y pasar tiempo con su familia. No había mejor satisfacción que dormir arropada y calentita en la habitación de sus padres en el espacio del medio junto a ellos. Se sentía protegida. Y más con esa guadaña reposando a un lado de la habitación. Pero más que todo, se sentía querida y afortunada.
Pero este sentimiento no se comparaba con el de sus padres, quienes no podrían expresar en simples palabras todo lo bueno que había sido Luna para sus vidas.
Estaban completos. Con la familia que ambos siempre habían añorado tener.
Fin :v
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-Satsuriku no Tenshi- "Nuestra vida después de la muerte" Two Shott
FanfictionRachel y Zack. Una pareja completamente opuesta. Ella, un rayo de sol de los más hermosos y él... un asesino en serie que sabía que no se merecía a tan hermoso ángel. Sin embargo, y contra todo pronóstico ambos crearon algo perfecto. Su propia famil...