"Las ataduras prevalecen fuertes e insistentes, fusionan e incluso forman un solo efecto en el universo"
Un efecto universal del destino juntara la vida de Denisse y Malen; almas rotas y en pena, se encontrarán para cumplir una profecia que en el ca...
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°Denisse°
Hace 5 meses...
La noche es fría, las nubes están más oscuras de lo normal, los árboles bailan al son del aire y la poca cantidad de faros impide la iluminación provocando que las penumbras invadan toda la calle. Me encontraba afuera de mí casa, a la espera del vehículo que me llevaría a mi destino, el frío se apoderaba de mí cuerpo provocando que temblara, froté mis manos en mis brazos para entrar en calor, cosa que funcionó. Se me hizo raro encontrar la calle Bernobil tan ausente debido a que se caracterizaba por la presencia de personas a altas horas de la noche, al instante supuse que se debía a que hoy era Halloween y todas las familias salían a festejar; en mi caso no era la excepción.
Mi teléfono vibró y encendí la pantalla para ver de qué trataba, era un mensaje de la gerente del bar, Dorothy.
"Hoy trabajamos por turnos de dos horas para que todas puedan disfrutar la fiesta, Denisse trabaja de 9-11..."
Deje de ver el mensaje y realmente me hacía muy feliz poder disfrutar del punto culminante de la fiesta. Trabajaba en el bar Kamisha sirviendo cócteles y de vez en cuando de mesera, realmente me gustaba trabajar ahí; pagaban bien, era en las noches y me daba tiempo para estudiar y realizar el resto de actividades diarias.
Frente a mí aparcó un carro rojo que al instante bajo la ventanilla del copiloto.
- Buenas noches conejita, ¿A dónde vamos?- Hice una mueca con respecto a su comentario. El conductor llevaba una máscara que dibujaba una sonrisa de oreja a oreja que siendo sincera me parecía espeluznante, lo que me impidió ver las facciones de su cara- Anda, súbete, no tengo todo el día.
- Vamos al Bar Kamisha -Conteste mientras me subía al auto, una vez dentro sentí la combinación de olores de manzanilla, tabaco con el aire acondicionado del móvil, que me provocaron náuseas y tuve que toser para no vomitar en el asiento, el resto del camino fue silencioso, veía las calles decoradas con aspectos tenebrosos y a los chicos pedir dulces en las casas ajenas.
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