Sasuke se encuentra en su viaje de redención, pero aún tiene algunas dudas con respecto a cierta pelirosa que no deja sus pensamientos desde que dejo konoha.
Mientras se encuentra en la aldea de las flores, y ayuda a un anciano a arreglar su tejado...
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Usagi no podía comprender a que venía su necesidad de saber todo sobre la peculiar Kunoichi de Konoha, pero jamás habia conocido a una mujer como ella.
Las mujeres con las que se habia relacionado, siempre habian caido ante sus encantos, ya sea por su personalidad, dinero y estatus social. Y bueno, si eso no lo lograba, simplemente las tomaba, ya que nadie le negaba lo que queria, por algo era el hijo del Señor Feudal.
Ya que, ¿para que otra cosa más podría servir una mujer? Todas son meras criaturas creadas por un ser superior, para satisfacer y complacer a su hombre. Para darle y entregarle todo cuanto este pidiera.
Nunca le había costado llegar a tener intimidad con las mujeres que quería, ya que el siempre obtenia lo que queria.
Pero ahora, le costaba lidiar con los constantes rechazos y desplantes de esa mujer. No importaba que hiciera, regalos costosos como joyas, alhajas, vestidos finos, hasta matrimonio le pidio, pero nada lograba surtir el efecto que el deseaba. Tenerla sometida, y gozar de los placeres de ese bello cuerpo.
Otra mujer hubiera caído, sin ni siquiera usar el desesperado recurso del matrimonio, pero ella no, nada la hacia cambiar de parecer. Nada lograba que sus palabras solo fueran meras respuestas formales y cordiales.
Él sabía, que bajo esa fachada de mujer dura, en realidad, se escondía una mujer pasional e intensa, tal cual como todas las demás.
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Le bastó verla sólo un instante, para comprender que Sakura Haruno, era unica, una delicada flor exótica, que solo podrás encontrar una en un millón, pero que a su vez, en esencia igual a las demás.
-La quiero... la necesitó... tengo que descubrir todos los secretos que esconden esos bellos ojos jade, que me llaman cual oasis en medio de un desierto, para poder saciar esta sed de placer que siento por ella.
En un principio, todas las acciones de Usagi eran netamente motivadas por lo flechado e encaprichado que quedo con la bella Kunoichi, pero con el pasar de los días, el capricho cruzó la delgada línea de la razón, y paso a una terrible obsesión.
