Prólogo

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Muy pocas personas saben que todavía estoy viva. El resto de dioses y semidioses me dieron por  muerta cuando mi padre llegó al palacio anunciando con falsa tristeza mi supuesto fallecimiento. Pero dejad que haga los honores y cuente realmente como fue.

Iba a ser obligada a casarme con uno de los hijos de Golderer, dios del oro,  al prometerme a mi y a mi familia riquezas y unos hijos de sangre pura. Pero yo no permitiría que me privasen de encontrar el amor verdadero, así que me negué a contraer matrimonio con él.

Fui amenazada con sentencia de muerte, pero mi padre tenía preparado algo peor; me mandaría al mundo de los humanos y perdería todos mis poderes. Cada día despertaría siendo una persona diferente, que por motivos desconocidos hasta que llegase el momento, moriría. Mi deber sería hacer todo lo posible para evitarlo.

Si no consiguiese salvar a la persona, mi alma sería llevada al infierno junto a todas esas personas que un día hicieron el mal, porque seré acusada de asesinato. Da igual cuantas vidas salvase, una sola muerte y quedaría borrada totalmente del historial para que una vergüenza como yo fuese olvidada y castigada para siempre, junto al diablo.

Entre almas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora