‘’El mar me llega hasta el cuello, me estoy hundiendo en las profundidades del agua sucia y no hay donde apoyarse. Estoy siendo arrastrada y las olas me cubren. El agua me llega hasta el cuello, quiero gritar pero me arde la garganta’’
Me despierto, una pesadilla. Las personas solían decir que un demonio salía de la noche con crueles intenciones, se paraba sobre tu pecho mientras dormías y perturbaba tus sueños, antes lloraba, pero ya no tengo miedo.
La puerta seguía sonando desesperadamente, sin pausas. Me pongo de pie aun con el sueño ignorando la tentación de volver a mi cama. Es imprudente de mi parte abrir la puerta sin fijarme quien esta tras ella, pero ya lo hice. James está ahí mirándome sin hablar, me da oportunidad de tratar de descifrar para que ah venido. Se ve preocupado, trae bolsas negras bajo sus ojos y se ve pálido.
-Isis, lo que te voy a decir es serio- dijo sin el uso de gracia en sus palabras. Me froto los ojos con ambas manos, aun estoy con sueño. La idea de cerrarle la puerta en la cara y regresar a mi cama, pasa por mi mente, pero la seriedad con la que habla y la intriga por saber qué es lo que me va a decir, me mantiene aun despierta.
Le pido que pase, el me obedece. Mi hogar es temporal, es un pequeño departamento en el primer piso, lo comparto con James. No pasan más de cinco minutos cuando James habla.
- ¿Tú…tú recuerdas a aquel chico que atropellamos esa noche en la 5ta avenida? – pregunta. Recordar eso me trae nauseas y ganas de vomitar. – Murió, Isis, murió – hace una pausa y me mira para que diga algo, pero solo estoy callada – Hace unas semanas que había muerto en el hospital
No me interesas lo que James va a decir después, estoy en este momento. Nunca le eh quitado la vida a alguien, me parecía algo que no debería de pasar. ¿Cómo debería sentirme? ¿Nerviosa? ¿Angustiada? ¿Molesta? Incluso… ¿triste? Se supone que en estos momentos mis sentimientos deberían estar apagados, pero no puedo evitarlo, la idea me da escalofríos, mis manos tiemblan, a pesar de estar abrigada, estoy tan helada como aquel chico muerto. Hace unas semanas lo había visto tirado en medio de la pista, herido pero aun con vida, y ahora estaba muerto.
– ¿Viniste solo para decirme esto James? – le pregunto perdida pero tratando de sonar indiferente.
– Nos están buscando, habían cámaras de vigilancia…– lo interrumpo enojada. Presiento que todo fue su culpa. Lo tomo de la chaqueta. James se sorprende por el gesto y suelta un gemido, pero ninguna palabra. Sé que tiene más fuerza que yo, que podría empujarme si quisiera, pero él no hace nada, nunca me lastimaría, el mismo me lo dijo. Me pongo a pensar que el siempre estuvo ahí para mi, desde que mi padre se alejo de mi, a pesar de que le dije muchas veces que no lo necesitaba. Siempre me soporto y a veces creía que no se merecía esta clase de trato.
– James fuera de aquí – le ordene soltándolo. No podía disculparme, no era lo mío.
– No Isis, mandándome a la mierda no vas a solucionar nada – insiste en quedarse pero niego.
– No James, largo
– ¿Te digo algo? – pregunta molesto, pero luego vuelve a relajar su rostro – Extraño a la antigua Isis, la que solía divertirse conmigo. Sé que te afecto lo que paso, pero no puedes andar de esa manera. – hace una pausa –Lo que ya paso no se puede evitar, ahora tenemos otro problema y este si lo podemos solucionar
Niego por reflejo. No volveré a ser ella, no quiero, me prometí cambiar, y eso seguiré haciendo.
– Los hechos no forman a las personas, las personas forman los hechos – susurro, lo observe por última vez y salió de la habitación.
Todo, absolutamente todo, se iría a la mierda si nos descubrían, y no pensaba terminar mi vida en una prisión. “Un día el Karma te hará mierda” me advirtieron y puede que ese día llegue pronto.
“Me estoy hundiendo en las aguas sucias, el agua salada y agria me llega hasta el cuello, las olas me cubren y me eh llegado a perder una vez mas”
