Benjamín estaba sentado en el gran sofá blanco del green room, con la cabeza baja, jugueteando con los dedos.
-¿Estás listo para jugar?
El sonido de su voz lo hizo animarse al instante y podría haber jurado que había escuchado cantar ángeles cuando levantó la vista y vio su rostro.
- ¡Camila, hola! - tartamudeó, levantándose de inmediato y picoteándole la mejilla, dándole un cálido abrazo.
- Te ves genial, Benja. - ella sonrió, frotando su brazo arriba y abajo rápidamente antes de darle una palmada en la espalda y estar en camino, saludando al resto del elenco.
Ella se veía aún más hermosa, si eso era posible. Su cabello castaño claro apenas le tocaba los hombros y su sonrisa nunca flaqueaba. El dolor en su corazón se alivió al verla. No se habían visto en años, desde la cuarta fiesta de cumpleaños de su ahijada. Por mucho que odiara admitirlo a alguien, la echaba de menos.
Felipe lo vio siguiéndola con la mirada desde el otro lado de la sala y se rió entre dientes. Siempre supo que el corazón de Benjamín tenía un lugar reservado para Camila. Todo el elenco y el equipo lo sabía. Todos menos Camila, que no se daba cuenta de la forma en que él siempre se sonrojaba cuando le hablaba y la forma en que soltaba una risita nerviosa cada vez que lo molestaba.
- En serio necesitas terminar con esto, amigo.- Felipe aconsejó, sacudiendo la cabeza. - Han pasado 20 años, ¿no?"
Benjamín puso los ojos en blanco y se metió las manos en los bolsillos.
- Dale boludo, acabo de romper con mi novia.
Los ojos de Felipe se iluminaron como un árbol de Navidad y una sonrisa vertiginosa se dibujó en sus labios.
- ¡Coronado! - le gritó a la belleza morena que estaba hablando por teléfono con la hija de ambos. - Pague, bonita!
- ¿Apostaste a cuánto tiempo duraría mi relación...otra vez? - Benja resopló, molesto por la falta de sensibilidad de su amigo.
- Lo siento amigo, realmente me encanta ganar dinero a costa tuya. Además, Ceci tendrá que usar una nariz de payaso durante todo el día debido a esto. - Felipe encogió los hombros en respuesta. - Mira, como yo lo veo, esta es tu oportunidad. Por lo que he escuchado, ella está soltera. Tú estás soltero. ¿Cuándo fue la última vez que ustedes dos estuvieron solteros al mismo tiempo? Así es, nunca. Esto es lo que va a suceder: finalmente vas a tirar los galgos y todos vivimos felices para siempre. Prometo que no va a doler nada. - añadió, mostrándole un pulgar hacia arriba.
Benjamín lo miró desconcertado, incrédulo por su honestidad y por lo avanzado que era sobre este tema en particular.
- Sos un hincha pelotas, ¿lo sabías?" - concedió, suspirando y dándole la espalda a su amigo, decidiendo ir a Camila y pasar un tiempo con ella.
Dios, ella se veía impresionante.
Felipe tomó esto como una oportunidad para darle una palmada en el culo a Benjamín, gritando con orgullo:
- ¡Ve a por ella, tigre!
Benjamín se rió nerviosamente, tratando de ignorar las mariposas en su estómago. Dios, Benja, ¡hazlo hombre! pensó, tratando de sacudirse la sensación de que inevitablemente se iba a poner en ridículo. Cuando lo vio acercarse, la maravillosa sonrisa que adornaba su rostro se hizo más amplia.
- ¡Vení acá! - dijo Camila, haciéndole un gesto para que se moviera más rápido. - He estado recibiendo tweets durante semanas pidiéndome una foto de la reunión de Pablizza. ¿Te importa llevarme una? - preguntó amablemente, sus grandes ojos marrones mirándolo, completamente hipnotizante. - Benja?

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Sólo Tu
Romans"Pasarán años, si me buscas yo estaré aquí..." Pasaron años desde la última vez que Benjamín y Camila estuvieron juntos. ¿Será que el reencuentro va a reavivar un amor que no fue dejado completamente en el pasado?