jpabloisaza: Varios días habían pasado de esa tarde caótica. De a poco nos fuimos acercando otra vez. De a poco pude asimilar lo qué estaba pasando, él siempre comprendió mi situación y nunca puso presión alguna, ni lo hizo incómodo.
Esa noche me invitó a comer a su casa (por eso la foto, es la única que conservo de ese entonces y es una fehaciente prueba de que siempre tuvo el mismo humor, pidió que le dibujen un dinosaurio en la caja).
Estuvimos hasta las tantas de las madrugadas hablando y riéndonos. Hasta que la situación se hizo inevitable. Aún recuerdo hasta el más mínimo detalle y en cámara lenta. Nuestro primer beso, un poco torpe y con sabor a chocolate. Todavía recuerdo la felicidad que sentí, era tanta que yo sobraba dentro de mí.
