-Poner en una balanza el cariño de los hijos y que está se decante hacia un lado me parece irreal ¿no?-pregunté al anciano .
-Te voy a poner un ejemplo...
¿te gustan los helados?
-Claro,¿a quien no?
-Pero te gustara un sabor en particular,¿verdad?
-Sí...
-Pues eso.Me acordé de Daniela y Martina,mis hijas,y guardé mi pensamiento en el corazón.