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Tiempo después de que Valentina conversará con sus padres, tomó la decisión de abandonar su hogar en busca de un lugar en donde se sintiera segura y amada.
Valentina se pone en búsqueda de ese lugar, se encuentra con varios baches en el camino los cuales le dificultaron seguir sola y decidió tomar ayuda de un compañero.
Valentina ha llegado a la gran cuidad, más conocida como Bogotá, allí encontró su gran compañero el cual tendría que estar dispuesto a todo lo que tendría que pasar para llegar a donde se predestinará o si aquí terminaría el viaje.
Ella encuentra a su compañero en un lugar muy divertido (El parque de diversiones) donde  aquel chico trabajaba vendiendo algodón de azúcar, su vida no era tan asombrosa, era casi tan  igual como la de Valentina.
Aquel muchacho llamado Mario le invitó un helado a ella.
Mario, una persona que tenía muy buenas intenciones con Valentina  y además le parecía una bella y simpática mujer.
Tiempo después Valentina se da cuenta de que Mario no solo le parecía un amigo sino que estaba sintiendo cosas más allá por él. La mañana siguiente Valentina no se esperaba que Mario le tuviera una sorpresa la cual la llenaría de nuevo amor por la vida y se sentiría acompañada.
En la noche Mario invitó a Valentina a pasar una bella velada con la compañía de una cena y un paseo por la playa.
Ella aceptó muy amablemente la invitación, pero ella en su mente estaba preguntándose qué iba a pasar esa noche, si Mario también sentía cosas por ella, o solo quería pasar un tiempo con una amiga.
Ella llegó a el restaurante donde la estaba esperando Mario, con una bella mesa llega de rosas, donde la aguardaba una hermosa cena romántica.
Al terminar su cena Mario toma la mano de ella y le dice: "acompáñame a una caminata por la playa", las estrellas resplandecían en el mar azul oscuro sobre sus cabezas, una noche en la cual circulaba un suave viento que rociaba su piel con ternura, todo iba muy bien por lo que él vio el momento perfecto para tomar su mano y confesara todo lo que sentía por ella y le preguntó si desearía escribir una historia de amor juntos.

Y ha llegado el momento, él le toma la mano, la mira fijamente a los ojos y con su corazón le habla y se declara.
Ella muy sorprendida, llora de la felicidad y lo abraza, Valentina también quiere confesarle que lo quiere, pero no sabe como decírselo por lo que solo acepta sintiéndose muy feliz por darle una nueva oportunidad de volver amar.

De cada error hay una enseñanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora