Había estado corriendo con tanto ímpetu que sus piernas quemaban. Trataba de aumentar la velocidad en cada zancada, no obstante, sentía y veía sus extremidades en cámara lenta. Desde el fondo de su alma se recordaba por qué estaba haciendo una maratón el lunes tan temprano por la mañana. Un golpeteo acelerado en su pecho lo inundo de calor y felicidad de forma abrupta, y aunque pudo pasar desapercibido por el cansancio extremo de su cuerpo, TaeHyung sabía exactamente la razón. Solo aquel pequeño pensamiento le devolvió toda la energía que necesitaba para correr la última cuadra hacia esa cafetería que ahora era su lugar favorito en el mundo.
Ad portas de sufrir un ataque cardíaco finalmente se encontraba frente la puerta giratoria. Había hurtado las llaves de JungKook la noche anterior sin que lo notara, y sinceramente sentía tanta culpa como si hubiera robado un banco. Era su única opción si quería ganar un poco más de tiempo para preparar todo, ya que sabía él tenía una copia en la recepción de su edificio. Con manos temblorosas además de sudadas entró sigiloso al recinto. Todo estaba completamente oscuro, solo unos cuantos rayos de sol naciente se filtraban por los ventanales, aún era muy temprano. Sin embargo, sabía que JungKook gustaba de llegar antes para preparar todo; era un hombre responsable, dedicado a su trabajo, apasionado. Lo sabía porque estaba tan ensimismado por él que sin darse cuenta comenzó a fijarse en todas sus pinceladas.
No mucho tiempo había pasado desde que entablaron conversación por primera vez. Desde ese día donde los ojos de ambos tenían estrellas entremezcladas con el olor a café fresco. TaeHyung había cumplido fielmente su promesa de ir a la cafetería los días y semanas siguientes, negando siempre lo mucho que le había gustado lo que JungKook preparaba para él. Lo observaba perder los estribos por no poder realizar un café adecuado, veía cómo sus cejas se fruncían mientras apretaba la mandíbula al enojarse. TaeHyung solo atinaba a sonreírle de la forma más amplia que podía porque había descubierto que al momento de hacerlo, las mejillas de JungKook se teñían suavemente.
Las manecillas del reloj avanzaban mientras que TaeHyung se mantenía en una nube solo compuesta de JungKook. Si no fuera por un rayo crepuscular que invadió su rostro, hubiera sido capaz de quedarse allí todo el resto del día. Avergonzado continuó con su misión. Colocó la caja que había traído fuertemente sobre el mesón, creando un ruido sordo en la soledad del lugar. Tenía mucho trabajo que hacer y poco tiempo.
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JungKook creía que si no encontraba sus llaves en los próximos cinco minutos tendría que ir al hospital por una ulcera. Recordaba perfectamente haberlas dejado sobre la isla de la cocina la noche anterior con TaeHyung.
Un pequeño hormigueo se instaló en su estómago cuando recordó a aquel chico que había revuelto sus pensamientos hasta apoderarse por completo de ellos. Estas últimas semanas lo único que había en su cabeza era la brillante sonrisa de TaeHyung, sus ojos almendrados, el pequeño pliegue que se hacía sobre uno de sus párpados, en todo él. Un bufido avergonzado escapó de sus labios cereza al notar la desviación que había tomado nuevamente. Hace solo un momento estaba buscando sus llaves y a nada de encenderle fuego a su departamento, por qué ahora se tenía que encontrar con las mejillas carmín y el corazón acelerado.
Luego de calmarse un poco, JungKook meditó sobre si debía ir a trabajar o no. Bien, sus llaves se habían perdido, no recordaba tener una copia de ellas y estaba realmente exhausto por trabajar extensos turnos de horas seguidas. Lanzándose sobre el sofá encontró una y mil razones de por qué sería bueno tomarse un día libre luego de tanto, sin embargo, dentro de todas esas había una que tenía nombre y apellido. Una sonrisa involuntaria navegó por su rostro de forma disimulada, como queriendo no hacerse presente del todo. Deslizó su mano por su cabello azabache hacia atrás, dejándolo revoltoso. Su respiración había aumentado rítmicamente por la idea que cruzó por él. Mordió su labio antes de levantarse de un respingo, dando el ultimátum. Cerraría la tienda por hoy para prepararle una sorpresa a ese chico que lo traía de cabeza hace tanto. Se declararía hoy a TaeHyung.
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❝Strawberry Barista❞ ; Taekook ; ⌜OS⌟
FanfictionAún sonrojado, TaeHyung habló. -¿Qué se supone que es esto? -Tomó el vaso entre sus grandes manos y lo examinó por todos los ángulos posibles. -Esproberry Latte. ━━ ↬Portada hecha por @GoldenWine ❥ ↬OS + un extra ↬fluff|romance|taekook/kooktae ↬Insp...