Desperté por el sonido de la caída y el rompimiento del vidrio.
-¡Demonios! -Dije disgustada.
El vaso se había roto en mil pedazos y yacía en el suelo del frío y blanco hospital.
La luz me ardía en los ojos y molestaba a mis pupilas, haciendo que los cerrara y abriera rápidamente.
Una enfermera entró sonriendo.
Tenía el cabello recojido en una coleta alta, donde salían uno que otro cabello rebelde, usaba gafas de pasta y tenía la tez de color oscura.
-Hola Anna. -Dijo con una voz que daba sueño.
-Hola. -Dije sin emoción.- Lamento lo del vaso, fue un accidente. -Me disculpé.
-No te preocupes. -Dijo levantando el vaso y tirándolo a al basurero.- Eso pasa todo el tiempo.
-En serio lo siento. -Repetí.
-Está bien. -Dijo sacándo unas pastillas de la botella y sirviendo agua en un vaso nuevo.- Tómate esto.
Lo tragé y el sabor a la pastilla era amárgo y rasposo.
-¿No sabes si alguien va a venir a verme hoy? -Pregunté ignorando el amargo sabor de boca.
-Según vi, un chico vendrá de 3 a 6 de la tarde.
-¿Y cuando podré salir? -Pregunté.
-Tal vez el martes. -Me dijo con naturalidad.
-¿En tres días entonces? -Pregunté.
-Si todo sale bien sí.
-Bien.
La enfermera salió de la habitación y me quedé dormida de nuevo. Esas pastillas tenían algo.
Me volví a despertar, pero no por el sonido de un vaso roto, sino por la humedad de los labios de alguien que los posaba en mi frente.
-Hola. -Me dijo Connor con una sonrisa.
-Hola. -Dije yo con los ojos medio cerrados.
-¿Estás mejor? -Me preguntó con una sonrisa. Tenía el cabello mojado y una sudadera gris, tenía en la mano una mochila y su teléfono.
-¿Que traes allí? -Pregunté ya que su mochila se veía más llena de lo normal.
-Te traje unos cupcakes. -Dijo sacándo una pequeña caja transparente con dos cupcakes, uno azul y otro morado.
-Muchas gracias Connor no debiste de haberme traído nada.
Tomé el cupcake color morado y le dí una mordida al betún mientras él hacía lo mismo que yo.
-¿Cuando sales? -Me preguntó dandole un mordisco al cupcake.
-El martes. -Dije acabándome el dulce.
El teléfono sonó y con él la canción Demons de Imagine Dragons como tono.
-Oh, hola mami. -Contestó mientras yo reía en voz baja.
-No mamá, estoy con Anna. -Siguió ante el teléfono.-¡Mamá! -Exclamó en voz baja.-Sí...que sí lo haré....bueno adiós mami.
-¿Que pasó? -Pregunté riendo.
-Nada. -Dijo el riendo tambien.
-¡Ya dime! -Dije riendo.
-Bien, bien.
Se paró de la silla y corrió hacia la mochila negra de cuero. Sacó algo de ella y se acercó a mí.
-Anna, estos días han sido maravillosos, hemos hablado y he descubierto que...eres mucho mejor que cualquier otra chica que hé conocido. ¿Así que...? ¿Serías mi novia?
Dijo él mientras yo sonreía, tenía un peluche de un oso amarillo con corazones rosas por todo el cuerpo, también tenía una rosa, al lado, cual no solo era hermosa y de color rosada, sino que era una mezcla de rosa con rojo.
-Ehm...ehm... -Dije nerviosa.
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Lamento haber tardado tanto! Juro no volver a hacerlo! Lo juro por la existencia del chocolate!
Enserio lo siento mucho, y esta vez si voy a terminar el libro.
Espero que les haya gustado y que voten y comenten, tambien compartan:3
Esto es todo por hoy, en tres días subiré la parte siguiente a esta:)
Byee!
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The Election
Teen FictionImagina que estás enamorada de tu mejor amigo. Ahora, agrégale que tiene novia. Añádele que tiene un hermano, y estás enamorado de él. Ahora agreguemos que se tienen una relación amor-odio (Como obviamente con la comida). Anna debe de elegir con cua...