───De un día para otro Freddy Fazbear descubre el mayor secreto de
Golden, un chico el cual siempre lo bullea y humilla en el instituto. Así que toma como manera de vengarse por tantos años de maltratos de la mejor manera que su cabeza de trapeado...
―Buenos días Freddy -. Saludo una linda chica al pelicastaño, él cual aun se encontraba en la puerta de entrada, al parecer esperando a alguien.
―Buenos días Abby, te noto preocupada ¿Ocurre algo? -. Pregunto extrañado, digamos que no era común ver a la chica con esa expresión en la cara.
―¿¡C-Como que porqué estoy preocupada!?, recuerda que siempre a la hora de ingresó el grupo del niño pantene viene para molestarte ¿¡Éste no sería el momento adecuado para escondernos!? -.
―Pues ya no nos molestarán más mi querida Abby-. Le mostró una sonrisa cálida a la de coletas demostrándole que todo estaría bien. -Desde ahora en adelante ya no nos tendremos que preocupar por ellos
La confundida chica de coletas seguía sin entender nada, pero confiaba demasiado en la sincera sonrisa que le mostró su amigo, así que decidió dejar sus inseguridades de lado y por primera vez caminar junto a sus amigos por los pasillos sin temor a que los molestaran.
― Y dime Freddy, ¿A que te refieres con 'no nos molestarán más'?-. Interrogó él ya muy bien conocido por la escuela como él asiático, haciendo comillas con los dedos.
Freddy estaba dispuesto a responderle la duda a Loon, pero al poner su vista al frente de los pasillos, cruso mirada con alguien en particular... Su perrito.
―...―
¡Mierda!
¿Como llegue a caer tan bajo?.
Era algo estúpido lo que pasaba pero tampoco me planteaba que ese fatídico día se exponiera y saliera a la luz por la boca de un idiota con complejos de nerd.
¿Ser su perro? ¿Que tanto me detesta como para escoger un castigo tan humillante?.
─¿En que tanto piensas ricitos?-. Su interrupción me hizo volver en mi, poniendo mi atención y mi mirada en ella. - No es normal verte utilizar el coco más de la cuenta.
―Muy graciosa Maggie -. Pronuncie con sorna sabiendo ya que no le gustaba su nombre, recibe un golpe en la mejilla pero la pena si conseguía molestarla.
―¿Ya terminaste de hacer de idiota? La bola de arcoiris y su grupo viene hacia aquí y no me pienso perder el espectáculo.
Ono
Fazbear y la mitad de su grupo de raros venían hacia aquí con un paso demasiado tranquilo por lo que extraño demasiado Maggie.
Ella me miró inquisitiva más yo simplemente cuando conecte miradas con Fazbear simplemente dirigí mi mirada al suelo.
Era más entretenido que ver lo que pasaría.
―Freddy ¿Podríamos tomar otro camino?-. Susurro bajo el de ojos raros más Fazbear no respondió y siguió con su camino, mostrando una sonrisa dulce a sus acompañantes.
Maggie me miró con reprocha por ver que no hacía nada, yo simplemente entré al salón de química el cual por triste que sonará me tocaba con la bola de raros.
―Mira pedazo de Barbie barata. Cuando Fred se enteré de que no molestamos a la bola de arcoiris y su grupo de ineptos que tenemos como compañeros quiero ver la marica explicación que le das-. Escupió con completo enfadó dirigiéndose al salón.
―Sus insultos son cada vez más leves.
Hable para mi mismo soltando un suspiro cansino, tal vez desde hoy para adelante las cosas de vuelvan difíciles, pero no pienso desistir. Mi imagen y reputación está en juego.
―...―
La clase transcurrió con normalidad, más la mirada extraña e inquisitiva de Fred no daba buena espina. Hizo una bola de papel mal arrugada, tirandola a la dirección de Golden.
Éste al leer el contenido con ligero nerviosismo se lo pasó a Maggie, ni de coña se atrevía a responderle.
Al ver que la chica respondía con tranquilidad y una mirada irritada dirigida hacia él supuso que no tendría que preocuparse.
Golden pasó la nota a Fred y éste al leerla parecía a un más enojado que antes.
La bola de papel cayó en el ojo de Golden, él cual dio un leve quejido pero de igual forma que él de cabellos azabaches leyó el contenido de la nota.
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