Youngjae tocó por tercera vez el timbre, esperando recibir una respuesta.
Se escuchó un grito desde dentro diciendo «Ya voy» y el rubio no pudo evitar sentirse muy nervioso, tanto que sus manos comenzaron a sudar y comenzó a jugar con sus deditos.
La puerta se abrió, dejando ver a la madre de su novio. Sus oscuros ojos se posaron en el rubio, fulminándolo y casi matándolo con la mirada. Se cruzó de brazos y frunció el rostro en el umbral.
—¿Qué haces tú aquí?–escupió—. ¿No estas contento con alejarme de mi hijo? Encimas te atreves a venir aquí...–cada palabra que salía de su boca estaba cargada de puro veneno.
Sin embargo, Youngjae aspiró, tratando de que esas duras palabras no le afectarán.
—Se equivoca–habló firme y, por primera vez en mucho tiempo, serio—. Jaebum... Él esta realmente mal.
Ahora su expresión cambió a uno preocupado, bajando los brazos y separando levemente los labios.
—¿Qué le ha pasado a Jaebum?–su voz tembló un poco.
Youngjae sonrió con tristeza.
—Él la extraña, muchísimo, más de lo que cre–
—Si vienes a darme un sermón, te pido que te vayas–interrumpió—. Ya estoy vieja como para escuchar sermones de un niño–rodó los ojos y se cruzó nuevamente de brazos.
Youngjae abrió la boca, estupefacto por lo que acababa de escuchar. Apretó los labios, al igual que sus puños, dio un paso hacía delante y encaró a la mujer.
—¿Sabe? Quería conversar como dos personas maduras, pero se ve que no se podrá ser así. ¡Es una egoísta! Jaebum la está pasando horrible por culpa de su estúpido pensamiento–a medida que hablaba, su tono aumentaba y su cara se ponía roja por la rabia—. ¡¿Sabe que?! ¡Sí! ¡Es una vieja, por tener ese pensamiento! ¿acaso no se da cuenta de lo feliz que es su hijo? ¿Realmente es su madre? Porque no lo parece; una madre quiere lo mejor para sus hijos, ¡y él es feliz!
Se quedó unos segundos en silencio, mirando fijamente las expresiones de la mujer y ver como reaccionaba, pero siguió hablando:
—Jaebum comenzó a fumar y a beber por las noches, ¿sabía eso?–inquirió, recordando con tristeza, aunque el mayor ya le había prometido que no lo haría mas.
La mujer tenía los ojos muy abiertos, y se encontraba totalmente sorprendida y anonadada por la reacción del chico.
—Yo amo a Jaebum, y él me ama a mí, así que espero que pueda aceptarlo, ¡porque Jaebumie y yo nos casaremos y tendremos nueve hijos!
—Creí que serían diez–habló una voz que ambos presentes conocían bien. Youngjae se volteó, un poco sorprendido y a la vez avergonzado... no habrá escuchado todo, ¿verdad?
Sin embargo, Jaebum le sonrió con dulzura, se puso a su lado y pasó un brazo por sus hombros, para luego dejarle un casto y sonoro beso sobre su rubia cabellera. Un pequeño sonrojo adornó las mejillas del menor.
—Madre–volvió a hablar el pelinegro, esta vez mirando a su progenitoda, la cual se mantenía enmudecida admirando las muestras de afecto de la pareja—. Creo que mi novio ya ha dicho suficiente, pero quiero agregar una cosa—se paro frente a frente a la mujer—. Te pido que respetes mi relación, te guste o no.
Se dió media vuelta, dando por finalizada la conversación, tomando la mano del rubio, entrelazando sus dedos.
—¡Espera, hijo!–le tomó del brazo, deteniendo su andar. Jaebum y Youngjae se voltearon, esperando que la mujer hablara.
—¿Qué quieres ahora?–su voz sonó grave, mas de lo común.
Ella posó ambas manos en sus mejillas, y le miró con tristeza.
—Se qué... No soy la mejor madre–aspiró—. No te prometo cambiar de un día para el otro, pero no quiero que estemos peleados. Una familia debe estar unida, no separada–acarició con su pulgar su mejilla—. Supongo que, mientras seas feliz, puedo.. Respetarlo.
Unas cuantas lágrimas comenzaron a recorrer las mejillas de la mujer.
—No, no, no llores–el pelinegro la envolvió en un fuerte abrazo, sobando con una mano su espalda.
Mientras tanto, Youngjae observaba la escena conmovido, con la vista un poco nublada a causa de las lágrimas que retenía. Estaba feliz, mientras Jaebum sea feliz él estará feliz. Entonces, sintió una mano en su muñeca y como luego era jalado con fuerza, tomándole por sorpresa.
—No llores tú también, tonto–habló su pareja en su oído, abrazándole con un brazo y apoyando su mejilla en su cien. La mujer de igual manera pasó un brazo por sobre los hombros del rubio, quedando así los tres en un caluroso y necesitado abrazo.
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¡ Bummie ! ; 2Jae
ФанфикJaebum tan frío como el hielo y Youngjae tan cálido como el sol. 🌾Capítulos cortos. 🌾Boys love 🌾 Adaptaciones disponibles en mi perfil. 📌#101 en Fanfic 📍#1 en 2jae 📍#1 en Got7 📌#3 en Kpop