La llegada.

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Observaba el pueblo a través de la ventana del Carro, seguía igual a la última vez que lo vi, a las demás personas les parecía un pueblo sucio y pobre, pero a mi, por alguna razón del universo, se me hacía el lugar más hermoso y relajante que yo conociese.

El carro fue bajando la velocidad para así estar más cerca de la casa de mi abuela, abrí la puerta admirando y recordando todos mis recuerdos en este lugar, ya se, que "cliché", pero para mi era algo muy significativo ya que ,en mi casa me encontraba la mayoría de veces sola y mi mamá y yo nunca convivíamos el único momento donde convivíamos era en la hora de comida y terminado mi mamá iva a trabajar mientras yo estaba en casa para después en la noche fiera al gimnasio para yo prepararme para dormir, a mi papá lo veía los fines de semana, bueno para mi es algo normal pues desde que me mude mi rutina a sido así, al menos mi perrita siempre me acompañaba.

Bajamos las maletas del Uber para luego agradecerle al chofer.
Al llegar con todo el monton de maletas tocamos el timbre de la casa de mi abuela, no era tan grande, pero si era lo suficientemente cómoda, sin olvidar que en ella están la mayoría de mis recuerdos de mi tierna infancia.

Al pasar de los minutos sale mi abuela con lágrimas en los ojos, como siempre tan sentimental, abrió la puerta para recibirme con un gran abrazo dejándome sin aire.

Por alguna razón me causaba mucha risa y me ponía de buen humor su comportamiento, las personas dicen que es "una terca, chismosa, malhumorada y sin valores", pero para mi, es una mamá, su forma de comportarse me recuerda mucho "aquellos tiempos", pero que podía decir al respecto, simplemente la quiero y no me gustaría para nada del mundo que cambiase.

-abuela...-tartamudeé, quería decirle que me dejaba sin aire, pero no quería hacerla sentir mal así que dije lo primero que se me ocurrió- traigo poca diarrea, ¿puedo ir al baño primero?.

¿Encerio?, ¿diarrea?
¿No se me pudo ocurrir algo mejor?

-¡claro amor!- exclamó soltándome rápidamente para embarrarse los mocos en su mano y yo "fuera" a hacer mis necesidades.

Al salir, me encontraba mirando seriamente hacia la nada, pensando en cómo 7 mujeres compartirían 1 solo baño y 2 habitaciones, sin olvidar que hacía un calor digno de un infierno.

Ya había saludado a todos, a mi prima Annie, a mi primita Scarlet, a mi nina, mi tía y a mi abuelo.

Me encontraba sumamente cansanda, y a punto de cerrar los ojos para poder dormir de una buena vez, pero una voz me interrumpió.

-onechan~- decía Annie con un tono tierno sin olvidar que la mayoría de su lenguaje se hablaba en japonés, me desespera pero trataba de respetar su gran amor al anime, aunque la verdad me divertía mucho el hecho de que imitábamos las voces de los personajes.

-mh?- tenia tanta flojera que ni para articular una palabra podía .

-despiértate, ándale- dijo haciendo un puchero mientras movía mi cuerpo como si de un costal se tratase.- ¡vamos!

Moría del sueño, pero conociendo a mi prima sabía que no me dejaría en paz si no me levantaba.
Me levanté observándola mientras trataba de no enojarme, para mi, que me interrumpan cuando duermo y no me enoje es algo digno de tolerancia, no tienen ni la más mínima idea mi familia de cómo me enojo cuando mis amigos me despiertan cuando me quedo dormida.

-¡hay que ver una serie anime!- exclamó con su típico entusiasmo cuando se hablaba de anime.

-¿y cuál quieres ver?- observaba mucho las facciones de su cara, era una costumbre mía la cual mantenía en secreto, pero siempre lo hacía de manera discreta sin que nadie se diera cuenta por qué me daría mucha vergüenza que se dieran cuenta que los observo como una acosadora.

!Ayuda, están locas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora