Libre de ti.

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      Libertad significa poder tomar tus propias decisiones e ir a donde te plazca para hacer de tu destino un sueño o una pesadilla.

 

      Gracias por abandonarme aquella noche en tu ciudad, gracias por quitarme la venda de la esperanza, por mostrarme que tengo que seguir adelante. Debo hacerte a un lado y olvidar.

 

        Vestida con legins pegados a mis muslos, glúteos y caderas en color negro y un blusón rosa con detalles de pedrería, tratando de verme más jovial y alegre que nunca, mi cabello planchado hasta el mínimo detalle en su color castaño y brillante bajo la luz de esa luna que nos mira, mis ojos maquillados con precaución listos para ver con ansias a ese que hace tiempo ame.  Y que presuntamente aun creí amar.

        Lo recuerdo todo, yo sentada en esa silla metálica de un café, alta y de asiento color rojo, mi chaqueta acomodada sobre la misma silla, y tú, frente a mí con tu cabello lacio sin forma, tu rostro apático y tu mirada dispersa. Nuestras manos en la mesa esperando por un café americano cargado sin azúcar.

--- Ya no eres lo que solías ser. Te espere por tantos años ¿y todo para qué? No lo entiendo--- al verlo allí tan apatico sabia que no era el mismo.

--- Tú  creíste lo que siempre quisiste ---respondió a mí indoloro.

La mesera llegó con su mandil de cuero con dos bolsas pequeñas al frente y ese cabello recogido en un chongo con una pluma clavada en su negro cabello, nos miro con intriga, aquella reunion parecia más bien una ruptura que un reencuentro.

--- Aquí tienen su orden ---acomodo el café sobre las mesas y dejo un pedazo de pastel de limón.

--- Disculpa, puedes hacer bien tu trabajo, yo no te pedi ningun pastel de limon ---despota hablo con molestia en su tono de voz.

    Me enojo ver esa actitud altanera en él, que agarre el plato antes de que la mesera apenada lo tomará.

--- Descuida, puedes dejarlo, yo me lo comeré de igual modo quiero algo dulce.

--- Gracias y disculpe ---la mesera se retiro mu avergonzada pude verlo en sus mejillas coloreadas como un par de fresas de otro pastel en la vitrina.

--- Vine de tan lejos a verte y me encuentro con alguien que ni siquiera se alegra de verme.

--- Acéptalo jamás fuimos nada, sino todo lo contrario ---que duro golpe acaba de recibir mi autoestima, eso fue un gancho directo al pecho---. Tú resultaste ser un estorbo que realmente me alejo de la única persona que ame ---dijo con crueldad a su favor, pero termino siendo en mi contra. No creí que me despreciará tanto. ¿Como podía ser tan cruel?

--- Entonces solo dime ¿Qué es lo que fui para ti? ¿Qué soy ahora? ---pregunte sintiéndome indigna.

--- Una conocida, y fuiste algo que en su momento me divirtió ---tomo un sorbo a su taza pequeña de café y sonrió con certeza, ese tonto ingrato se burló de mi sin piedad.

--- No se por qué pierdo el tiempo contigo, esperando escuchar que me amabas pero veo que nunca paso ---dije tratando de no perder los estribos.

--- ¿Amar? ¿Quién hablo de amar? ---el sarcasmo al extremo dibujado en su rostro---. Solo vine aquí esperando obtener lo que siempre quise de ti, lo mismo que siempre me diste --- explico con descaro moviendo con demasiados ademanes los dedos lujuriosos y calientes, no solo eso acaricio la taza como si se tratase de mi cuerpo.

--- Entiendo.

       No perdí la compostura por lo general nunca la pierdo pero, tras meditar unos segundos y probar un poco del pastel de limón más amargo de mi vida como ese momento, bueno el pastel estaba delicioso pero la situación no. El gesto en mi rostro fue de inconfundible enojo, sentí como si el diablo me poseyera y me invitará a portarme mal e indigna de mí.

        Tome el café entre mis manos, me puse en pie de esa silla, con odio y descaro -el mismo descaro que tuvo para conmigo- por llamarme entre líneas Mujer fácil, no eso es poco, él me dijo zorra, como si estuviera escrito en mi frente. Se lo lance en el rostro con ira y no tuve ninguna compasión.

--- ¡Siempre fuiste y serás un maldito desgraciado y un completo perdedor! ---solté toda mi rabia en un segundo, tome mi chaqueta y salí del lugar sintiéndome por primera vez libre. 

        Escuche que me grito pero, lo ignore por completo. Esa noche me di cuenta que las personas siempre cambian,  evolucionan y algunas lo hacen para mal. Se tuercen y se hechan a perder, o solo tal vez estamos tan ciegos de amor que jamás vimos que siempre fueron así.

        Ahora entendí que no puedes esperar que el tiempo pase sin hacer estragos y no puedes esperar mucho de otros que desde un principio no te dieron nada y solo fingieron amar.

         Por fin, estoy libre, y si no hubiese asistido esa noche nunca lo hubiese sido.

Existen eventos que debes de afrontar y no darle la vuelta, aunque esos eventos resulten desagradables. Por cierto él me invito ese día, pero no tenía para pagar la cuenta, solo traía para su pasaje, no tengo idea de cómo habrá pagado,  al menos sé que ya pago su daño. 

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