capitulo 1

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Pasaban de la media noche y caminaba como una zombie por las transitadas calles de Seúl si, lo se, para una chica que tan solo tiene 20 años pero con apariencia de 15 es bastante peligroso, pero que mas hago? Tengo que trabajar de alguna manera y sustentarme para sobrevivir  a esta cruel realidad que todos los humanos tenemos que vivir.

Bajo las escaleras que van directo a la estación de metro, no hay mucha gente por lo que trago duro y me pongo alerta, miro temerosa de un lado a otro juzgando que no haya nadie con pinta sospechosa de hacer daño a la gente. Al ver que solo hay dos mujeres de edad avanzada aparte de mi me relajo un poco y espero a que el metro llegue para llevarme a mi destino. Vuelvo a quedarme perdida en mis pensamientos, que odio trabajar hasta tarde pero que tengo que hacerlo. Vuelvo a mirar a las dos mujeres de reojo y pienso que ellas también tienen alguna necesidad como hijos y esposos, entonces caigo a la conclusión que todos tenemos problemas y no solo yo.

Abordo el metro y como suponía solo eramos las dos mujeres y yo en todo el vagón, me siento en alguno de todos los asientos vacios que había y fijo mi vista hacia el fondo de este, había un chico tenía la cabeza recostada en una de las paredes del metro. El chico llevaba unos pantalones de mezclilla rasgados, playera azul y una chaqueta negra, no podía ver su cara debido a que estaba recargado a la pared, parecía dormido. Veo que se remueve de su asiento y quito la mirada de el restándole importancia si me pilla viendo lo creerá que lo acoso o algo así.

Paso media hora y el metro se detuvo en la estación de yongin y las dos señoras mayores bajaron de este, era este el momento mas temido de mi vida yo iba a daejeon y aun quedaba muy lejos (otra hora mas de camino). Por el rabillo de mi ojo veo al chico que aun no se mueve de su lugar pero empieza a moverse y mi corazón palpita a mil por hora, por seguridad observó cada movimiento que este hace me siento insegura y temerosa. Levanta su vista un poco adormilado y ve el letrero donde indica las estación en donde estamos, talla sus ojos y arruga el ceño tratando de ver un poco mejor. Su piel es blanca, muy palida, sus ojos tienen ligeras ojeras debajo de estos siendo tan obscuros y sin expresión alguna mas que de fastidio. Chita la boca murmurando en bajo -supongo yo maldiciendo- y baja la vista nuevamente viendo su telefono, tiene los labios fruncidos y noto que son un color extrañamente morado entonces me pregunto "acaso es un modelo o algo?". El metro ya tiene 10 minutos que salio a daejeon y estoy tan nerviosa que creo no poder ocultarlo, aunque este chico sea muy bien agraciado no puedo confiar en nadie ya que no lo conozco y en mi vida lo había visto.

El metro se detiene en mi destino y me paro tan rápido que parece que soy perseguida o algo por el estilo, llámeme paranoica pero así soy, ni siquiera me detuve a ver si el chico también bajaba ahi. Salgo de la estación y me entero que no hay nadie de tras de mi Así que marcó a un taxi y oído que me lleve a casa.

No, obviamente no soy rica así que antes de subir a aquel viejo edificio doy un largo suspiro y subo las escaleras hasta el tercer piso. Realmente no tenía mucho solo me dedicaba a trabajar entre el dia Y dormir en el por la noche.

Ha pasado una semana desde entonces, me he encontrado con aquel chico mas seguido, con en el fondo del vagón junto con las dos mujeres. Ese día el debia bajar en yongin y fue cuando entendí porque se habia molestado tanto, pues, tubo que dar un paseo muy largo por corea para regresar a yongin Me estaba acostumbrando a sus presencias, en cuanto al chico solo desprendía seriedad, miradas sin expresión alguna y la luz blanca del metro contrastando la obscura noche no lo hacia ver para nada como persona fácil de tratar de hecho tenia pinta de traficante. El metro nuevamente se detuvo y primero bajaron las dos mujeres mayores del vagón, el alto y ancho chico tomo su mochila y mientras caminaba a la salida dirigió su mirada a mi unas milésimas de segundos para después seguir con su camino, odiaba quedarme sola. La sangre se me helo cuando en el momento en el que el bajo del el metro un hombre de unos 32 años se subió y se dirigió al mismo lugar donde el chico alto acostumbraba a estar, mi única opción era bajar en yongin pero no tenía en ningún lugar donde quedarme, tenía miedo, si tenía mucho miedo y la mirada retorcida del hombre no ayudaba en nada. Justo cuando las puertas se empezaron a cerrar entre en pánico mi notable panico, di un salto al escuchar la puerta ser involuntariamente detenida con una mano

ㅡque haces ahí? Ven aca!ㅡ era el alto chico quien me miraba a mi Y dirigiéndome la palabra -no te quedes ahí rápido niña!ㅡ reaccione y agarre mis cosas saliendo junto a aquel chico que me había salvando de alguna manera, Pero... Yo no vivo en yongin.

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