-¡Cariño!—dijo con emoción aquella bella mujer con vestido elegante lleno de flores, tomando la mano de un hombre de atinado bigote y ojos de sol.-Yo también puedo sentir felicidad al verla cariño – contestó entre susurros el caballero de apuesto atuendo y corbata ceñida, su sonrisa era impecable y desbordaba paz y tranquilidad.
Desde ahí, y un montón de visitas más; nos volvimos casi inseparables los tres. Hasta que se llegó el día en el que la Madre Florentina iría a dejarme a mi nuevo hogar. Fue difícil decirle adiós a mis "casi hermanas" del orfanato. Joana era quien más lloraba de todas, mientras que Delila ya había sido adoptada un par de días atrás...
Me encuentro parada frente a la casona de chimeneas y grandes ventanales, rodeada por una cerca de madera húmeda; mucho más grande de lo que esperaba, la Madre Florentina besó mi frente y tomó mi cara con sus manos arrugadas pero suaves, mientras me dijo:
-Alisha, mi dulce Alisha. Te recuerdo siempre como llegaste a mis brazos siendo tan sólo una chiquilla. Sigue siendo siempre esa niña soñadora y bella. Tu nueva familia te espera mi Alisha, pórtate como siempre lo hiciste con nosotras. Vendré a visitarte siempre que pueda. Ellos van a amarte con el más puro amor que siempre has merecido.- mientras veía como se le formaban las arrugas a causa de la sonrisa que se dibujaba.
Recuerdo que mis ojos se llenaron de agua porque jamás imaginé que éste momento llegaría, eran muchas emociones haciendo explotar mi corazón. Abracé fuerte a la Madre Florentina con tristeza de dejarla, pero, con agradecimiento por todos los años en que me educó de la mejor manera. Aunque aún era pequeña, sentía que la experiencia de ser una niña huérfana me regalaba la oportunidad de madurar en ciertos aspectos de la vida.
-Nunca me olvide Madre Florentina, la quiero con todo mi corazón- fueron la únicas palabras que pude decir porque sentí que explotaría en llanto.
-Vamos, dejemos de lloriquear y toquemos la puerta - dijo entre sollozos la Madre Florentina, tomando mi mano mientras caminábamos juntas hacia mi nuevo hogar.
Un par de golpecitos a la puerta de madera, cuando se abrió estrepitosamente. Eran ellos, mis dos ángeles que no dudaron en salir emocionados a abrazarme.
Recuerdo hasta el día de hoy, el sentir bonito de esos brazos fuertes a mi alrededor dándome la bienvenida a mi nueva familia. Todos rodeados de lágrimas y felicidad; fue un momento hermoso, de esos que te dejan marcada para toda la vida. Ya podía decir: ¡Papá! ¡Mamá!
Junto a mis padres pasamos increíbles momentos, jugando, riendo, celebrando cumpleaños, navidades. Por primera vez en mi vida podía sentir que pertenecía a un lugar.
Alan y Judy hacen de mí, la niña más feliz del mundo.
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ALISHA Un corazón lleno de amor
Teen FictionDespués de nueve años viviendo en el orfanato del Niño Jesús; Alisha, de origen hindú, es llevada por la Madre Florentina a la casona blanca en un pequeño vecindario de Honiton, Devon, Inglaterra. Ahí conocerá el verdadero amor de familia. El tiempo...