Ahí estaba ella, en frente mío. Sus ojos pacíficos me miraban con serenidad. Esos ojos que alguna vez habían parecido un mundo desconocido, por los que perdía la noción del tiempo. Siempre tan indiferentes, pero alguna vez tuve la oportunidad de verlos reflejar el amor más sincero. Ojos color esmeralda tan hermosos como la persona que los poseía. Hermosos ojos que ya solo reflejaban el estrés laboral y unas ojeras hábilmente maquilladas. Notar lo que los años habían hecho me confundía, y tal vez aquella sensación también me entristecía. Quería decirle tantas cosas, pero tenía miedo. Me sentía débil, como cuando me di cuenta de lo que sentía por ella. En ese entonces era solo una niña indefensa...
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Hola. Esto probablemente se quede
en estas historias que escribo y nunca termino (solo he publicado una pero en mis creaciones tengo miles). Aún así tengo varias ideas de como continuará. Por el momento espero que la persona que lea esto le agrade.Adiós