VIII

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Una semana había transcurrido desde que comenzaron sus "clases" y Jungkook ya podía escribir algunas frases cortas. Se estaba esforzando mucho y a cambio el mayor lo había llenado de elogios y alguna que otra caricia inconsciente.

Jimin había comenzado un nuevo libro, uno completamente diferente a los que había escrito anteriormente. Aunque Jungkook había insistido en saber de que trataba el mayor le había respondido que solo lo sabría cuando aprendiera a leer, porque él no iba a decirle ni una palabra.

-Jimin ya no hay leche. -Dijo entrando al estudio del mayor.

-Podríamos ir al pueblo a comprar, si necesitas otras cosas debes pedirlo ahora. Haremos una lista y traeremos todo.

-¿Puedo hacer la lista? -Preguntó emocionado.

-Claro que si. -Sonrió, le encantaba verlo feliz. Le entregó lápiz y papel y lo vió correr a la cocina.

Salió y lo encontró escribiendo con el ceño fruncido -adorable- pensó. Ya se había acostumbrado a tener ese tipo de pensamientos, los que le preocupaban eran otros. Esos que llegaban antes de dormir y le planteaban lo hermosa que sería la vida si Jungkook lo amara como el lo hacía.

-Terminé -dijo tendiendole el papel con una sonrisa. Miró y no pudo evitar sonreír con la caligrafía del menor, era adorable también.

-Bien, vamos.

Subieron a la camioneta de Jimin y se dirigieron al pueblo, que estaba a varios kilómetros de la casa. Una vez que se surtieron con todos los elementos de la lista Jimin le entregó algunos billetes al menor. -¿Y esto? -Preguntó confundido.

-Es para que compres un poco de ropa mientras voy a buscar algo que necesito, elije todo lo que quieras y si no alcanza pagaré cuando vuelva.

-No necesito ropa.

-Claro que si, solo tienes cuatro pantalones. -Dijo riendo.- compra algo que te guste, algo bonito, saldremos a comer después.

-¿Por qué? -dijo confundido - ¿No te gusta mi comida?

-Claro que si -sonrió - pero has avanzado mucho con tu lectura y quiero celebrarlo -las mejillas del menor se colorearon- ve, antes de que las tiendas cierren.

-¿No puedes venir conmigo?

-No, tengo que comprar algo y no, no puedes acompañarme -dijo cuando lo vió abrir la boca- te alcanzaré cuando termine. -Dijo besando la frente del menor antes de salir en dirección contraria.

Jungkook se resignó y caminó con una sonrisa en dirección a las tiendas. No había mentido cuando dijo que no necesitaba más ropa, incluso tenía más ahora que en toda su vida desde la muerte de sus padres, pero Jimin quería consentirlo y eso lo hacía feliz. El mayor le había dado en un par de meses todo lo que la vida le había negado desde que era un niño.

Se detuvo frente a una tienda de zapatos que exhibía unas botas beige que le gustaban mucho "T-I-M-B-E-R-L-A-N-D" leyó antes de entrar.

-Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarte? -Dijo el hombre que parecía ser el empleado.

-Quiero unas botas, como las de la vidriera. Timeran

El hombre lo miró unos segundos- ¿Timberlands? -El menor asintió avergonzado. - ¿Qué número quieres?

-No sé -pensó un segundo -el mismo que estas -dijo levantando el pie cerca del hombre para que pudiera ver el talle de las zapatillas que llevaba.

El hombre miró la zuela -espera un momento -dijo antes de salir hacia algún lugar detrás del mostrador para volver unos minutos más tarde con una caja, que le entregó. Jungkook lo miró un segundo sin saber que hacer, nunca había comprado zapatos antes -Pruebatelos. -Dijo desconfiado.

Se sentó en un banco frente a un espejo y se puso el calzado nuevo, le quedaban a la perfección así es que sonrió -si me quedan. ¿Cree que me alcance con esto? -Dijo tendiendole el fajo de billetes.

LEER, ESCRIBIR, AMAR |JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora