Relatos cortos

El último paseo

Me encontró caminando por la orilla del rio, no recuerdo como llegue aquí, ni quiero recordarlo, el día está llegando a su fin, pero eso tampoco me importaba, perdido en mis pensamientos que vuelan sin ningún control. Acaso esta mal que deje de pensar en esta tonta la realidad por un momento, no creo hacer ningún mal, lo único que quiero, es estar solo un momento libre de los controles cotidianos que me obligan a tener una vida normal, según los estándares de esta sociedad, necesito desconectarme por lo menos unos minutos de mi vida, que la verdad no sé, si es mía; se que yo he elegido cada uno de mis decisiones ¿pero en realidad fue así? Y, entonces ¿por qué razón me siento tan vacío?

Pocos y lentos son mis pasos, con la cabeza baja tratando de buscar algo que no lo encontrare aquí, la suave frisa juga con la gran cantidad basura cercana, es raro pero, ahora que lo pienso, soy como esos pequeños envoltorio que dejaron de ser útil al ser despojados de lo que llevaba en su interior, ahora era un juguete para esta sociedad, me aterra el simple hecho de ser solo uno entre un millón, reemplazable y el día que no esté aquí nada cambiara, todo seguirá igual como si nunca hubiera existido, que patético es pensar en el pasado pero aun más patético es pensar en el futuro, es como tirar una moneda en el aire y que esa moneda se multiplicara por mil antes de tocar el suelo, es casi imposible controlar nuestro futuro, como también arreglar nuestro pasado; en este momento mi cabeza ha llegado a su limite y es necesario volver a la realidad o lo que yo entiendo por realidad, una leve jaqueca me obliga a detenerme y ver como la corriente del rio sigue su camino, ¿debo dejar de ir en contra de la corriente y dejar que ella me llevé? ¿Adonde? no lo sé, pero és lo que todo hacen, por qué debo ser diferente.

Cuando me acerco mas a la orilla siento las piernas liviano, todavía no me he recuperado del mareo espontaneo que tuve, es malo pensar con el estómago vacío, quiero sentarme unos minutos, antes de volver. Pensándolo mejor, la vida no tiene sentido, eso queda claro, y lo gracioso es que si no tiene sentido, pierde todo su valor, pero no creo que sea así, por qué al no tener sentido no hay necesidad de busque uno, sino de construirlo como uno quiere, no se trata de buscar en el exterior lo que esta en mi interior, el sentido de mi vida es lo que yo soy, y no lo que otros quieren, suena egoísta, lo sé, pero al fin y a cabo no es acaso nuestra vida, la que nos da sentido, porque al morir nuestra vida pierde todo sentido.

Me rió por adentro, de lo que pienso, y tal vez pienso demasiado, es una de mis maldiciones o me gusta pensar que lo es, tiro algunas piedras al agua teñidas de un tono rojizo que debe ser por el atardecer o tal vez no, esta guerra a derramado demasiada sangre, y tomar esta ciudad no fue nada fácil.

FIN